Un grupo de al menos ocho hombres llegó la tarde del miércoles al barrio Niña Ceci y descargó un proveedor de pistola, en una de las casas ubicadas en este sector de la ciudadela Juan Atalaya, que, por fortuna, en ese momento no estaban una mujer de 20 años y su hija de 2, que habitan ahí.

Y, todo porque el viernes de la semana pasada, cuando un abogado llegó con dos personas más, hasta la calle 6 con avenida 13, de Niña Ceci, al parecer, en busca de un cliente que le había prometido apoderarlo de un caso, se encontró con un atraco, en el que les robaron un celular, $200.000 en efectivo y las llaves de una camioneta en la que se movilizaban.

Los testigos del hecho aseguraron que el defensor dijo en ese momento que eso no se iba a quedar así. Por eso lo volvieron a ver con sus acompañantes.

“Mi hija acostumbra a estar jugando ahí en la puerta. Gracias a Dios que mi mamá no me dejó venirme a estar acá en la casa ese día”, dijo la dueña de la vivienda.

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Según se conoció, uno de los testigos del día del atraco, reconoció a uno de los acompañantes del abogado la tarde del miércoles, luego del ataque a disparos.

“Yo me comuniqué con el abogado y le pedí que arreglara los daños que habían cometido en la casa, que nosotros somos personas humildes y que no queremos ningún tipo de problemas”, dijo un hermano de la propietaria de la casa.

Además, insistió en que ellos no tuvieron nada que ver en el robo y que el hecho de que los atracadores utilicen los alrededores de su casa para cometer los robos, no los involucra en nada.