Norte de Santander registra 816 personas fallecidas al perder la batalla contra el coronavirus que acaba de completar seis meses en esta zona fronteriza, marcando de por sí un triste récord que debiera ser tenido en cuenta por aquellos ciudadanos que actúan como si nada ocurriera o que creen que el aislamiento selectivo equivale a que el virus empacó maletas y se fue.

La COVID-19 en este período, superó por amplio margen al número total de homicidios ocurridos durante todo el año 2019 en el departamento, cuando según Medicina Legal las muertes violentas llegaron a 579.

Como los datos son los que en últimas permiten una mejor observación del panorama, bueno es recordar que en el boletín correspondiente al 6 de abril, el Instituto Departamental de Salud relacionó la primera muerte por el virus en la región, que fue el de una persona que había llegado de Venezuela.

De ahí en adelante comenzamos a sentir como esta pandemia iría empezando a segarle la vida a cada vez mayor número de personas, notándose por ejemplo ahora en septiembre que al día 15 la cifra de fallecimientos alcanzó los 800, pero en 48 horas después se aceleró y se elevó a los 816, probando la alta letalidad que el virus registra aquí.

Pero al cerrar abril se sucedieron los primeros cinco casos de muerte de personas oriundas de la región que no resistieron el ataque viral. Y, lastimosamente, desde ahí la mortalidad por ese nuevo factor empezó a correr en una curva ascendente, con otros siete fallecidos en mayo, pero ya en julio marcó en total 104.

Lo más grave de esta situación es que en solo agosto sucedieron 237 muertes de pacientes que fueron confirmados como contagiados por coronavirus.

Y como contrastando es como se logran entender mejor situaciones como la que nos impacta, debemos decir que en Cúcuta los homicidios en los 12 meses de 2019 se ubicaron en 241. Ahí sigue probándose la teoría de la enorme letalidad. 

Pero al desgranar más detalles, vemos que las 584 muertes provocadas por la pandemia en la ciudad equivalen a más del doble de las generadas por la criminalidad, ocurriendo algo parecido en Los Patios. 

En ese municipio metropolitano 63 personas han muerto por coronavirus que comparativamente con los 16 asesinatos del año pasado, confirma la peligrosidad de la pandemia, y en Villa del Rosario donde la COVID-19 ha cobrado la vida de 62 personas, los homicidios el año pasado, fueron 46, según datos de Medicina Legal.

A esta amenaza sanitaria no se le puede bajar la guardia, porque es de tal magnitud su impacto, que en la semana que termina dos médicos murieron a causa de esa enfermedad, aparte del personal de salud que a lo largo de este dramático periodo ha fallecido al estar en la primera línea contra el virus.

Conocer asuntos relacionados con el entorno en que nos movemos es indispensable para la toma de decisiones, que en este caso en particular lo correcto es el cuidado y el cumplimiento de las medidas de bioseguridad, porque lo que está ocurriendo no es juego ni un asunto para tratarlo con desdén o despreocupación.