Los casinos y los bingos de Colombia, en su totalidad cerrados por cuenta de las medidas de aislamiento preventivo, comienzan a perder la partida contra el COVID-19 pues se estima que cerca de un 30% de estos establecimientos han quebrado al no soportar los embates financieros que ha acometido esta enfermedad.

"La mayoría de gente tiene una percepción equivocada de este sector; una percepción a la que el gobierno no es ajena. Tenemos a nivel nacional 2.775 establecimientos. De esos establecimientos dependen, aproximadamente, 60 mil empleos. Este sector es un gran generador de recursos para las finanzas públicas del país. Para el año 2019, generamos 600.000 millones de pesos entre casinos y bingos, de los cuales 400.000 millones fueron directamente a la salud. El resto se fue en IVA", señaló Evert Montero, presidente de Fedecoljuegos.

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El directivo añadió que, en temporadas normales, el aforo nunca supera el 50% y nunca se presentan filas o aglomeraciones. "El 90% de la gente que asiste a un casino va sola, se sienta frente a su instrumento de juego y hace su actividad de esparcimiento con interrelación mínima", dijo.

Afirmó que el IVA en los arriendos para ese sector no fue retirado por parte del gobierno, lo que ha terminado por agravar la situación del gremio.

Otro problema financiero que han tenido que asumir los dueños y administradores de los casinos es el pago de las cuotas de las máquinas de juego que, según lo indica Montero, están entre 15.000 y 20.000 dólares.

"Estamos preparados para abrir. Cada máquina va a tener una barrera lateral. Cada persona que llegue al establecimiento va a estar sola frente a su instrumento de juego. Estamos dispuestos a ajustar todos los protocolos de las autoridades del Gobierno. Estamos dispuestos a hacer un piloto en las ciudades donde se considere prudente", concluyó a manera de petición al Gobierno Nacional.