Nadie tiene la última palabra en relación a la forma en la que se debe enfrentar la crisis.
Iván Duque y Claudia López, una puja por estar un paso adelante de la pandemia
Si hay algo en lo que coinciden los analistas de la situación que está atravesando el país y el mundo por cuenta de la pandemia del COVID-19, es en que nadie tiene la última palabra en relación a la forma en la que se debe enfrentar la crisis generada por la enfermedad. Pero a nadie le queda duda de que esta es una prueba de fuego para los distintos mandatarios que, por momentos, pareciera haberse convertido en una carrera entre el presidente Iván Duque y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
Entre los distintos ‘choque de trenes’ que se han presentado entre ambos líderes, el más destacable de manera reciente se ha generado por las declaraciones de Claudia López, quien aseguró que habría que estar preparados para una cuarentena de hasta tres meses, en contravía de lo que ha venido asegurando el presidente Duque, que es más partidario de la idea de implementar la estrategia del ‘acordeón’, que consistiría, en términos generales, en hacer un aislamiento social riguroso por algunos días para posteriormente flexibilizarlo, con el objetivo de darle un respiro a la economía y luego contraer nuevamente a la población.
El principal error de la alcaldesa, según el analista en comunicación política, Carlos Andrés Arias Orjuela, consiste en que más allá de que posiblemente tenga la razón, es una afirmación que no va acorde al ánimo de los ciudadanos, quienes puede que no estén preparados ni económica ni emocionalmente para afrontar un aseveración de este tipo. Para no entrar en pánico necesitarían ver un plan de acción riguroso que les permita solventar la crisis.
Pero, recordando que este tipo de errores pueden ser comunes en estas situaciones, Arias agrega que la alcaldesa ha salido a hacerle frente a la situación de forma mucho más empática para los ciudadanos en otras situaciones en las que el presidente Iván Duque se ha demorado en reaccionar. Un ejemplo, dice, fue el simulacro de cuarentena, medida que fue tomada por López mucho antes de que se tomara la decisión de un aislamiento nacional y con la que logró que varios mandatarios locales se le unieran.
“Hoy no tenemos la suficiente información desde el punto de vista de la curva epidemiológica para decir se prolonga o no se prolonga. Esa información esperamos tenerla en los próximos días. Si se llegase a tomar esa decisión nosotros tendríamos que hacerlo sustentado en que realmente esa decisión sea la más significativa para aplanar en estos momentos la curva de propagación”, fue la respuesta de Duque frente a esta posibilidad.
La respuesta del presidente junto a reacciones como la de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, quien aseguró que el Gobierno no podía estar sacando fechas ni plazos del sombrero, generó que lloviera una ola de críticas a Claudia López. No obstante, Carlos Andrés Arias agrega que en la alcaldesa hay un liderazgo nacido de la experiencia académica que le da la posibilidad de tener otro tipo de variables para tomar determinaciones a mediano y largo plazo.
“Mientras que Claudia dijo vamos a hacer esto, Duque se demoró y su sensibilidad se vio mediada por unas exposiciones publicas nefastas. Mientras que Claudia López salía a la calle a hablar con la gente, aparecía en su apartamento de clase media, iba a los portales de Transmilenio, Duque aparecía en un atril apartado de cualquier dinámica flexible y humana. Hoy en día ese tipo de mecanismos no son empáticos”, añade el analista.
Iván Garzón, analista político, agrega a lo dicho por Arias que lo que se ha visto por parte del presidente es cierta timidez y cautela en las medidas tomadas, que se podría interpretar como que el mandatario está esperando a que se desarrolle la situación para poder saber qué herramientas va a utilizar para mitigar la crisis.
Sin embargo, Garzón asegura que el presidente en un principio se notaba más desconcertado, pero, por ahora, con las medidas que ha tomado, se podría pensar que va en la dirección correcta. “Me parece que la prueba de fuego de él va a estar realmente la próxima semana, porque yo creo que la próxima semana van a anunciar una prolongación de la cuarentena”, dice.
De esta forma, mientras Duque ha dejado de generar tantas críticas en redes sociales, la alcaldesa Claudia López ha venido enfrentando una oleada de comentarios en su contra. Por su más reciente declaración en la que le pedía al Gobierno que Migración Colombia ayudara a la población migrante venezolana que vive en los hostales pagadiarios, ha sido tildada de xenófoba.
“Si de algo no se puede calificar a la Alcaldía de Bogotá es de xenófoba, porque con los impuestos de los bogotanos esta paga, sin un peso del Gobierno, el nacimiento de niños venezolanos, su jardín, colegio, alimentación y salud; y lo seguiremos haciendo”, se defendió la alcaldesa.
Frente a esto, Iván Garzón señala que la alcaldesa ha tenido “unas de cal y otras de arena”, porque a su juicio, es importante que los gobernantes no solo preparen a las personas para lo que pueda venir y sean francos con la información, sino que también es muy importante que sepan trasmitir tranquilidad y esperanza porque hay un desanimo generalizado en la población.
El analista agrega que Claudia López ha tenido afán de protagonismo, porque muchas de las cosas a las que se ha anticipado le corresponden al presidente Duque, pero que no sale del paradigma de ‘yo tengo la razón y lo digo cuando quiera’. Además, señala que las acciones deberían estar coordinadas con el Gobierno Nacional, teniendo en cuenta que pese a Bogotá ser la capital del país, no es la totalidad de Colombia. “A veces habla como si fuera el presidente y eso no le corresponde”, dice.
El analista John Mario González, por su parte, indica que el liderazgo del presidente Duque no ha sido nada extraordinario y que más bien ha sido un liderazgo pobre, pero apegado a las circunstancias. “A pesar de las debilidades que traía, de la crisis de gobernabilidad, de la falta de conexión con el país, en esta ocasión, creo que su liderazgo ha estado a la altura sin ser nada extraordinario”, añade.
Para en el caso de Claudia López, manifiesta González, sí hay un afán de protagonismo, porque intenta gobernar con el micrófono, aunque la opinión pública le celebre sus posturas. Sin embargo, asegura que ha habido algunas medidas valiosas e importantes.
“Ella está pensando y gobernando para las dos o tres próximas semanas, porque en materia económica no sabe el desastre que le viene a la ciudad en materia de desempleos, en materia de caída de los ingresos de la ciudad, en materia de hambre y de crisis alimentaria, en materia de crecimiento y muy seguramente de los índices de criminalidad”, añade John Mario González.
En este sentido, para el experto, López gobierna con egoísmo porque si bien en el corto plazo la ciudad pudiera atender a buena parte de su población en la provisión de comida, no sucede lo mismo con municipios inmediatos a Bogotá, razón por la cual habría que pensar en soluciones que contemplen estas realidades y que sean coordinadas con el Gobierno Nacional.
Es así como el analista señala que si la alcaldesa de Bogotá sigue con esta actitud retadora al Gobierno, la opinión pública puede empezar a verla como alguien que pone zancadillas en el camino de lo que debe ser una toma más unificada de decisiones. “El liderazgo de Claudia López no está siendo cerebral y se está dejando llevar por un afán de protagonismo, desconociendo la olla a presión que en cualquier momento puede explotar en Bogotá”, señala.
Sin embargo, pese a los ‘choques de trenes’ mediáticos ambos mandatarios han dado muestra de que muchas de las acciones han sido coordinadas y se mantienen en constante comunicación. Para el caso de la exigencia de que el Gobierno se hiciera cargo de los migrantes venezolanos que viven en pagadiarios, horas después la alcaldesa trinó que Migración Colombia se encargaría de canalizar con recursos de cooperación internacional ayuda para esta población.
Algo similar ocurrió con el aislamiento preventivo que hizo la mandataria en Bogotá. Pocas horas después de haber hecho el anuncio, el Gobierno expidió un decreto en el que les ponía freno a las decisiones individuales de los mandatarios locas frente a la pandemia, argumentando que debido al estado de emergencia todo debía ser coordinado con el presidente, sin embargo, pese a la especulación de que el documento dejaba sin piso la decisión de López, horas después el mismo Duque salió en su respaldo.
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