Ser futbolista profesional es  en algún momento de la vida de un gran porcentaje de colombianos, un sueño. Miles de niños a lo largo y ancho del país se entrenan para llegar a un campo de juego representando a otras miles de personas que se sienten identificadas con un equipo. 

Desistir es fácil. El margen de alcanzar el profesionalismo es más bajo que alto, y más en una División en la que la exigencia de juveniles en los oncenos titulares tiende a ser nula. 

Uno de eso pocos en cumplir el sueño es Winston Ramírez, un ‘pelao’ de 19 años que hace 21 días pudo debutar con el Cúcuta Deportivo en el ‘Clásico del Oriente Colombiano’. 

Ramírez es un lateral derecho nacido en Los Patios, Norte de Santander, municipio en el que dio sus primeros pasos como futbolistas. 

Lea además ¿Es posible congelar los salarios de los jugadores?

13 años dedicados a la pecosa

Su inicio en el mundo deportivo ocurrió hace 13 años. Cuando tenía tan solo seis, su señora madre, Katerine Gil, decidió llevarlo a que entrenara en la cancha La Amarilla con Sport Junior, un equipo formativo que hace parte de la Liga Norte de fútbol. 

Ahí, junto al profesor José Luis Gutiérrez, adquirió una serie de valores basados en la responsabilidad y el respeto frente al contrario y por supuesto, las bases para ser futbolista.

Tras una serie de buenas actuaciones en los torneos preinfantiles e infantiles, Winston recibió la propuesta de jugar con Inter Cúcuta, a la cual accedió y fue a préstamo para ser dirigido por el entrenador Eduardo Durán. 

Su destacado rendimiento hizo que la Selección Norte, categoría 99, lo convocara para ser parte de ella en el 2017 y entrenarse con Óscar el ‘Tino’ Ortiz.

Para el 2018,  el Cúcuta Deportivo hizo una convocatoria a la  que  Ramírez no dudó en presentarse. Luego de mostrarse y superar las pruebas, David Suárez, entrenador de las divisiones menores del club fronterizo hasta el año pasado, lo acogió y le dio la confianza. 

Su primer año con el rojinegro fue muy positivo. Jugó el torneo La Esperanza y en la Supercopa Juvenil, alcanzó la final. 

El año pasado continuó su preparación con el motilón, teniendo roce en algunos entrenamientos del grupo Sub-20 con el profesional. 

El regalo de Navidad 

La oportunidad de jugar profesionalmente se empezó a marcar en diciembre de 2019. Como si fuera un regalo de Navidad, José Augusto Cadena, presidente del club, lo llamó el 29 de diciembre para informarle que debía presentarse en Bogotá, para la pretemporada con el plantel. 

“Tomé esa llamada con mucha responsabilidad y alegría, más en un tiempo en el que se comparte en familia”, afirmó Ramírez al recordar dicha conversación telefónica.

El tres de enero ya estaba en la capital de la República siendo casi un desconocido para la nómina teniendo refernciados a los otros jugadores Sub-20 que convocaron.  

Ser extrovertido le facilitó encajar en el grupo que lo recibió de buena manera. 

Ya empezada la Liga Apertura 2020, Winston seguía preparándose esperando una oportunidad. Las cosas en el Cúcuta no marchaban bien ni en lo deportivo, ni en lo administrativo.

Después de cinco fechas, el director técnico Jairo Patiño fue relevado de su cargo. La incertidumbre se adueñaba de un plantel, que para esa fecha, no tenía un rumbo. Tres empates y dos derrotas condenaron a ‘El Viejo’.

Para timonear este barco llegó el uruguayo Jorge Artigas. Su primera salida fue una apabullante derrota en Bogotá, 4-1 frente a La Equidad.    

Ese duro golpe de cara al clásico hizo que el nuevo estratega recurriera a los jóvenes para afrontar las venideras jornadas. 

Un sueño cumplido 

Por la fecha 7, el Cúcuta Deportivo debía enfrentar al Atlético Bucaramanga. En esa semana de preparación Artigas apostó por trabajar con un onceno cargado de ‘pibes’. 

El miércoles 26 de febrero, en un habitual entreno en las canchas del colegio Comfanorte, Winston fue puesto como lateral derecho del grupo que iba a jugar el fin de semana. 

Ramírez recuerda que en ese momento solo pensaba en que le había llegado la oportunidad, el momento que quería desde sus inicios. 

El día del juego tenía cargado la connotación especial de que los hinchas no iban a ingresar al General Santander en modo de protesta por las polémicas declaraciones de Cadena, donde insultaba a Cúcuta, como plaza futbolera. 

El esperado debut se dio en un partido que el rojinegro perdió 1-0. Ramírez jugó 64 minutos utilizando el dorsal 31, con un rendimiento positivo.  

“Como grupo tuvimos un desaliento muy grande al saber que la gente no iba a entrar al estadio. Con ellos uno juega más relajado, con menos presión. Gracias a Dios pude controlar los nervios”,  dijo Ramírez al describir sus sensaciones del día de su debut.

La alegría del debut se veía un poco empañada por la derrota pero gracias a las palabras de aliento del capitán Juan Camilo Chaverra, del defensor José Orlando Pérez y los experimentados Hernán Burbano  y Andrés Manga Escobar, pudo sobrellevar esta situación. “Chaverra me animó. Me dijo que tomara las cosas con mucha tranquilidad que yo estaba para grandes cosas”, subrayó el joven lateral patiense. 

Para la siguiente fecha, los rojinegros visitaban Montería para enfrentar a Jaguares. 

El resultado como visitante fue el mejor: victoria 3-0 y primer triunfo del año para el motilón. Nuevamente Ramírez fue titular, jugando 86 minutos. 

“Gracias a Dios salimos de esa mala racha. Las derrotas nos habían dado fuerza para trabajar” sentenció  Winston quien se describe como un jugador defensivo, polifuncional, con salidas al ataque. 

Actualmente, tras el aplazamiento de la Liga, Ramírez se está entrenando desde su casa siguiendo las indicaciones del cuerpo técnico. 

Sobre su futuro, el lateral que tiene como referente a Dani Alves, dijo que espera hacer un buen papel con el Cúcuta Deportivo, equipo con el que firmó por tres años. 

“Dejo todo en manos de Dios. Me gustaría jugar en la liga de Francia o la de Inglaterra” afirmó el jugador que comparte posición con Gilberto ‘Alcatraz’ García. 

La academia 

El estudio no es algo que asuste a Ramírez. Desde muy pequeño rindió y fue muy ordenado con su preparación. Inició esta etapa en la escuela Enrique Ávila para luego hacer el bachillerato en el colegio Fe y Alegría. Culminó los grados 10 y 11 en la institución educativa Virgen del Pilar. 

Además afirmó que tiene en sus planes iniciar la carrera de Administración de Empresas este año si es posible o sino, en el 2021.