Los campeonatos sudamericanos estuvieron convulsionados en 2019.
La política se tomó al fútbol

El fútbol es por lejos el deporte más popular en el continente sudámericano, siempre estuvo en la mira de la política pero nunca antes se utilizó como un influyente instrumento de apoyo a las manifestaciones sociales.
Con Venezuela en una crisis persistente, Ecuador con protestas indígenas y Perú con escándalos que envuelven a su clase política, Chile exhibía una sociedad en calma y una economía estable hasta el 18 de octubre, cuando una protesta de estudiantes por el alza de las tarifas en el metro de Santiago fue el punto de partida del peor estallido social en tres décadas, que ha dejado 24 muertos.
La crisis del país obligó a la suspensión del fútbol por más de un mes.
Pero, la incertidumbre sobre la continuidad de los torneos profesionales acabó el 29 de noviembre, cuando la Asociación Nacional del Fútbol Profesional (ANFP) decidió cancelar definitivamente el torneo de primera división y coronar a Universidad Católica como campeón, con varias fechas aún por disputarse.
La decisión se tomó luego que un grupo de barristas Colo Colo (el club más popular del país) irrumpiera en el partido que disputaban Unión La Calera e Iquique, en rechazo a uno de los tantos intentos que se hicieron por reanudar el torneo.
“Tuvimos que terminar nuestras competiciones, porque no estaban las condiciones de seguridad garantizadas”, dijo Sebastián Moreno, presidente de la ANFP.
Los hinchas de Colo Colo y otros equipos dejaron sus diferencias y juntos se sumaron a las marchas en la plaza Italia de Santiago, el epicentro de las protestas, en donde las banderas de varios equipos rivales flamearon juntas.
“Este deporte (fútbol) es un fenómeno social que ha tendido a proyectar y ayudar a denunciar las problemáticas sociales”, manifestó Rodrigo Figueroa, del departamento de Sociología y coordinador del Núcleo Deporte y Sociedad de la Universidad de Chile.
Futbolistas famosos como Alexis Sánchez o Arturo Vidal también apoyaron en redes sociales las protestas en Chile, “dando una señal clara de que están de acuerdo con el discurso social que proyecta el fútbol”, agregó Figueroa.
Pero el golpe más duro al fútbol chileno fue que, debido a las violentas manifestaciones, la Conmebol decidió trasladar la primera final única de la Copa Libertadores de Santiago a Lima, pese a la insistencia del gobierno chileno por mantener la sede.
En Colombia, el toque de queda del gobierno de Iván Duque, obligó aplazar dos días el partido entre Santa Fe y Deportivo Cali, pero éste no se suspendió. Vale recordar que Colombia será una de las dos sedes, junto a Argentina, de la Copa América 2020.
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