El pasado jueves y viernes la justicia les madrugó a ocho hombres y una mujer señalados por la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) como los integrantes de la banda delincuencial Los Fulanos.

Uniformados de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) llegaron hasta los barrios Santander, Loma de Bolívar, Virgilio Barco y La Sábana en Los Patios a capturarlos.

El líder es presuntamente Álvaro Pabón Cáceres, de 64 años, y quien habría hecho parte de la banda delincuencial Los Chukys, desarticulada en marzo pasado. Pero, en ese entonces, Pabón se salvó de caer preso y decidió conformar Los Fulanos.

“Este hombre era el encargado de coordinar los hurtos a residencias y establecimientos de comercio mediante la modalidad ventosa que consiste en abrir o dañar puertas, ventanas, paredes, sacar las cosas de más valor y salir por el mismo hueco o apertura que crearon. Además, también cometían atracos a mano armada”, dijo una fuente judicial cercana al caso.

Según se conoció, Pabón primero buscó a Jairo Alfonso Sánchez Sanabria, de 29 años, hijo de otro integrante de Los Chukys (hoy preso).

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Los otros capturados

Los demás implicados son: Jennifer Carolina Meza Gaona, de 20 años, la Mona; Jorge Leonardo Lizarazo Toloza, de 24,  Sapote; Franklin Humberto Niño Contreras, de 41; Libardo Jesús Osma González, de 48; Johan Alexis Hurtado, de 35 , Negro Asprilla; Yasir Ortega Pérez, el Wicho, de 37, y Oswaldo Maldonado Duque, de 49.

Según el coronel José Luis Palomino López, comandante de la Mecuc, los capturados estarían involucrados en al menos 10 hurtos donde se habrían apoderado de hasta 400 millones de pesos.

“En los casos denunciados se logró hacer un asocio de noticias criminales y se identificó en cada una el perfil y el accionar de los integrantes y esto nos permitió que el juez no lo pensará dos veces y determinó la detención intramural”, dijo el coronel.

La Opinión conoció que uno de esos robos habría sido el de una panadería, ubicada en la calle 6 con avenida 7, en pleno centro de Cúcuta, donde se llevaron casi 60 millones de pesos.

¿Cómo operaban?

A través de interceptaciones telefónicas, la Sijín llegó a Los Fulanos.

“Una línea de la otra banda (Chukys) quedó activa y por ahí inició todo hace ocho meses”, dijo la fuente judicial.

Los Fulanos lograban ingresar a su objetivo (casa o local comercial) metiéndose por el techo o abriendo huecos en las paredes, llevándose todo a su paso y aunque cada uno cumplía una función especial, no todos eran participes en los mismos hurtos.

Además, la Sijín pudo evitar varios fleteos que intentaron cometer a comerciantes de Cenabastos, donde la Mona sería la encargada de ubicar a sus víctimas por su antiguo trabajo en esa zona.

“Teníamos línea directa y nos avisaban de un hurto y llegábamos a Cenabastos a proteger a las víctimas y así frenábamos eso”, agregó la fuente.