Wall Street recuperó lo perdido la semana pasada cuando los inversores se aliviaron con el tono optimista del presidente de Estados Unidos Donald Trump sobre el pleito comercial con China.

El índice industrial Dow Jones subió 1,05% a 25.898,83 puntos, el Nasdaq, de valores industriales, ganó 1,32% a 7.853,74 y el S&P 500 avanzó 1,10% hasta 2.878,38 unidades.

En la cumbre del Grupo de los Siete (G7) en Francia, Trump dio un nuevo giro en su retórica y dijo que Washington y Pekín está listos para reanudar las negociaciones sobre la guerra arancelaria que enfrenta desde el año pasado a las dos mayores economías del mundo.

El pleito tuvo la semana pasada un incremento que derribó a los mercados mundiales cuando Trump dijo que su país no precisa a China y dijo que ordenaba a las empresas estadounidenses a dejar de hacer negocios allí.

Este lunes en cambio China y Estados Unidos instaron al diálogo.

Pese a las ganancias de este lunes, Wall Street tiene a sus índices a un tris de cerrar el mes en baja lo que lo que no ocurría desde mayo.

“Considerando la magnitud de las pérdidas del viernes, el alza de hoy lunes fue muy leve”, dijo a la AFP Peter Cardillo de la firma Spartan Capital. “Aún hay mucha incertidumbre”, añadió.

El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años aumentaba 1,54% a las 20h20 GMT. 

Riesgo de las empresas

La guerra comercial entre las dos primeras potencias económicas mundiales vivió una peligrosa escalada la semana pasada.

China informó sobre su intención de imponer nuevos aranceles a bienes importados de Estados Unidos por 75.000 millones de dólares. 

Donald Trump respondió a las pocas horas con medidas de represalia que afectan a importaciones chinas por valor de 550.000 millones de dólares, y que entrarán en vigor el 1 de septiembre y luego el 15 del mismo mes.

Trump aterrorizó además a los medios empresariales de Estados Unidos al instarlos a dejar de hacer negocios con China, aunque esa amenaza fue atenuada luego por altos responsables de su administración.

En aparente reacción, Liu aseguró que China desea “acoger a los inversores del mundo entero, incluidos los de Estados Unidos”.

La Cámara de comercio de Estados Unidos en Shanghai aseguró que las empresas norteamericanas no podían retirarse del inmenso mercado chino, pues ello penalizaría a la propia economía de Estados Unidos.