Franklin Yesid Urrutia sintió que la consciencia se le desdibujaba luego de que la acompañante de un hombre, en moto, le arrojara un líquido en el rostro.

La historia sucedió a las 6:00 de la mañana cuando  Urrutia estaba retirando una rama que se había atorado en el motor de su motocicleta. Ocupado, escuchó a sus espaldas el freno de otra moto. El conductor le preguntó por una dirección.

“Luego la parrillera me dijo que iban por los lados de un batallón, que no conocían mucho la zona y, de repente, me echó un líquido en la cara, creo que con un atomizador”, recuerda.

Urrutia solo alcanzó a advertir los hechos ocurridos inmediatamente después: “el hombre hizo una señal a su acompañante y se fueron. Enseguida, yo prendí mi moto de nuevo, aunque de esto último no estoy muy seguro”.

El sol de la tarde lo despertó en medio de un cañaduzal. Intentaba ponerse de pie, pero aún estaba afectado. Más tarde, caminó en medias hacia el peaje ubicado sobre la carretera y descubrió que su moto estaba al otro lado.

“Me robaron el celular, $120.000 que tenía en el bolsillo y las botas de trabajo. Mis documentos, como la cédula, estaban en una mochila, que afortunadamente estaba en la moto.  Lo bueno es que pude contactar de nuevo a mis familiares, que ya me andaban buscando por todos lados”, cuenta aún con angustia sobre su caso, ocurrido en Cali.

Urrutia sufrió uno de los síntomas más conocidos de los fármacos como el clonazepam o la escopolamina, amnesia anterógrada, cuando acontecimientos recientes no quedan guardados en la memoria a largo plazo. Todo producto de una sustancia alucinógena y depresora del sistema nervioso central, aprovechada por delincuentes que roban a sus víctimas de forma sutil, solo adormeciéndolas, aseguran las autoridades.

Algo parecido le sucedió hace un mes al periodista Jairo Aristizábal Ossa, en un parqueadero de un centro comercial del sur de la misma ciudad. 

El comunicador contó que un hombre se le acercó, le preguntó por su hijo (que si seguía en la universidad), él le respondió y luego estuvo diez minutos en blanco. Luego se dio cuenta de que le robaron su celular y un dinero. 

Y el jueves pasado, las autoridades reportaron que una menor de 15 años, reportada días antes como desaparecida por sus familiares, fue encontrada en el barrio Villa del Mar,  bajo los efectos de una sustancia desconocida.

Alrededor de tres casos, sobre todo como los de Franklin Yesid Urrutia se reciben al año en el Hospital Universitario del Valle, HUV.

“Los pacientes son muchas veces encontrados en vías públicas, con alteraciones del estado de consciencia, que va desde la somnolencia hasta el sopor”, explica Maurice Fernando Rojas, toxicólogo de este centro médico.

Agrega que estas sustancias solo surten efecto a través de la vía oral, por lo que sugiere no recibir alimentos de desconocidos, especialmente en buses intermunicipales o bancos, en los días de quincena o cuando los mayores van a reclamar la pensión.

El accionar

El mito más común a propósito de las también llamadas sustancias facilitadoras de abuso es la imagen del delincuente que arroja una especie de polvo a su víctima para adormecerla.

De acuerdo con Diana Marcela Pava, toxicóloga asesora de la Policía Nacional y el Ministerio de Salud, la vía más efectiva para que la sustancia surta efecto en el organismo es la oral.

“Pese a que sí se han descrito casos de personas atacadas por vía respiratoria y de la piel, es más común que los delincuentes se sirvan de jugos o galletas que dan a sus víctimas para aprovecharse de estas”, explica Pava.

Según la experta, no hay un tiempo estipulado de cuánto pueda durar la amnesia anterógrada, dado que depende de la cantidad de la sustancia aplicada y de cómo reacciona el cuerpo a este, por ejemplo, en los adultos mayores de 60 años, las víctimas más comunes.

Indica la experta que “si la víctima tiene enfermedades asociadas y edad avanzada, puede llegar a presentar psicosis por mucho más tiempo (cuando se pierde contacto con la realidad)”.

De acuerdo con la toxicóloga, el efecto de estas sustancias es más efectiva en niños, pero anotó que no se dan tantos casos entre menores de edad con fines delictivos, sino más bien por accidentes “en donde el niño llega a ingerirlas sin saber qué es”.

Otras sustancias

“El Instituto Nacional de Medicina Legal no reportó ninguna muerte el año pasado asociada a la escopolamina. Es decir, dicha sustancia no es la única (...)”, agrega Pava

Pero, anota que no se sabe exactamente cuántas pueden ser utilizadas con fines delictivos, tanto de hurto como abuso sexual, dado que hasta médicamente son aprovechadas por personas malintencionadas para generar sueño.

“Lo que quiere el victimario es hurtar o abusar a la persona sin matarla. Para ello se puede servir hasta del clonazepam. Muchas veces la gente asocia estos casos con la escopolamina, pero no es la única sustancia causante”.

Agrega que antidepresivos tricíclicos o medicamentos que sirven como sedantes (o hipnóticos) son otros ejemplos de sustancias facilitadoras de abuso.

“Estas pueden llegar a provocar la muerte, pero no por sobredosis, sino por una intoxicación asociada a la enfermedad de una persona -como deterioros respiratorios-, pero también cuando son combinados con bebidas alcohólicas, lo que potencia su riesgo”, acota.

Hasta abril de este año se registraron 459 casos de intoxicaciones por razones delictivas a nivel nacional, según indicadores del Instituto Nacional de Salud, INS.

Casos en Cúcuta

Freddy Francisco Superlano Salinas.

Cúcuta fue el escenario donde se registraron dos presuntos casos de ataques con burundanga o escopolamina, recientemente, que causaron alerta en las autoridades.

Uno de ellos fue el del diputado venezolano Freddy Francisco Superlano Salinas y su primo y asistente Carlos José Salinas, quien murió, al parecer drogado con escopolamina.

El hecho se registró en la mañana del sábado 23 de febrero, luego de que se extendiera una noche de rumba después del concierto en el puente internacional Tiendas denominado Aid Live Venezuela.

Superlano y su primo fueron hallados por uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta, en un motel ubicado en la autopista internacional que comunica a Villa del Rosario con San Antonio (Venezuela), tras ser drogados presuntamente por dos mujeres que los acompañaban.

El congresista del partido opositor en el vecino país Voluntad Popular y su primo fueron trasladados al hospital de Villa del Rosario, donde Carlos José, de 34 años, murió. Entre tanto, Superlano recibió atención médica en una clínica y posteriormente se recuperó.

Superlano manifestó que mientras estaban en un reconocido restaurante, una mujer se les acercó con una botella de agua y una caja y desde ese momento perdió la memoria de lo que ocurrió en las horas posteriores.

Otro hecho que se conoció recientemente en la capital de Norte de Santander, fue el ataque con escopolamina de una mujer a una niña de 14 años, mamá de un bebé de 6 meses de nacido, para secuestrar al menor y trasladarlo a Bogotá.

Sin embargo, en una reacción oportuna de la Policía, el bebé fue recuperado en la capital del país, mientras la mamá del menor era atendida en una clínica.

Miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía Metropolitana de Cúcuta aseguraron que durante 2018 no se registró ninguna denuncia por este hecho. 

Asimismo, se descartó que existan bandas delincuenciales dedicadas a cometer robos a través de un ataque con escopolamina.