El ecuatoriano Richard Carapaz, líder del Giro, y el español Mikel Landa anunciaron las ambiciones del Movistar de llegar con la maglia rosa el próximo domingo en Verona, si bien admiten que aún “puede pasar de todo” en una semana decisiva que incluye tres finales en alto y rivales de entidad, los más peligrosos el esloveno Primoz Roglic y el italiano Vincenzo Nibali.

Este lunes, en la segunda jornada de descanso Carapaz se mostró feliz, tranquilo y ambicioso, convencido de su condición de favorito y dispuesto a cuidar la maglia rosa. A su lado Mikel Landa, en progresión y preparado para la batalla día a día.  Movistar suela en rosa con los pies en el suelo, sabiendo que la crono del domingo en Verona le favorece a Roglic y que Nibali será el “Tiburón” día a día.

Para Eusebio Unzue, director de la escuadra telefónica, “el líder virtual” es Roglic, a quien habrá que “meter un minuto más”, pero para Carapaz y Landa la amenaza principal es Nibali. 

No faltará la emoción. En el Giro todo puede suceder hasta el último día, si no que se lo pregunten al británico Simon Yates, hundido el año pasado en el tramo final en beneficio de su compatriota Chris Froome, cuando parecía que el tetracampeón del Tour estaba noqueado.

Carapaz, con dos triunfos de etapa en su haber, aventaja en 47 segundos a Roglic y en 1.47 a Nibali, mientras que Landa espera jugar sus bazas desde la quinta plaza a 3.15.

Por su parte, Miguel Ángel López (Astana), lleno de concentración, se ilusiona con la remontada en los seis retos que se avecinan. Cede 5.55.

Más Exigencia

El primero de esos desafíos es este martes con la fracción de 194 km entre Lovere y Ponte di Legno, que si bien ya no ascenderá al Gavia continúa siendo fundamental para los aspirantes al podio.

La subida al Gavia, montaña icónica de Italia y que era la “Cima Coppi” de esta edición (2.628 metros de altitud), el nombre que se le da a la cima más alta prevista en el recorrido, fue retirada del trazado debido al riesgo de aludes.

La nueva “Cima Coppi” de este Giro será el Paso Manghen, al que los corredores llegarán en la vigésima etapa, la última antes de la contrarreloj de Verona que coronará al ganador.

Con estas variaciones, los corredores tendrán que afrontar 16 puertos montañosos en las jornadas que restan ver altimetrías, tres de primer nivel, cinco de segunda, cuatro de tercera y de cuarta categorías.

El arribo de hoy en Ponte di Legno tiende a terminar en ascenso, aunque sí vienen tres finales en alto en el resto de prueba. El de mañana en Antholz, el viernes en San Martino di Castrozza y el sábado en Croce D’Aune-Monte Avena.