El flujo migratorio regular, según una investigación de la Universidad Simón Bolívar, ha sufrido transformaciones considerables, tanto en educación como en salud y alimentación, al encontrar que al aplicar una encuesta a 4.066 inmigrantes, el 43.9 por ciento posee el bachillerato  completo, y el 34 por ciento de ellos estudiaba antes de migrar, lo cual interrumpió su proceso educativo.

En materia de salud y nutrición, se indicó que de los encuestados, el 54.2 por ciento había sufrido alguna enfermedad respiratoria y el 18.17 por ciento padeció alguna enfermedad en el último año.

Los padecimientos más comunes son: gripe, asma, diabetes, bronquitis, dengue, hepatitis A, insuficiencia renal, hepatitis B, así como viruela, sarampión, paludismo, cáncer y fiebre amarilla.

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Del total de la muestra, 1.591 venezolanos tenían que realizarse exámenes médicos, y aunque el 82.4 por ciento pudo hacerlo, el 17.6 por ciento no, por costo o falta de equipos.

Así mismo, 2.575 personas manifestaron que les recetaron tratamiento médico, pero 833 no pudieron consumirlo.

Quienes más padecieron la ausencia de medicamentos fueron los pacientes con fiebre (62.6 por ciento); diabetes (64.5 por ciento); alergia (63 por ciento), mientras que por costo, los enfermos de cáncer (66.7 por ciento); insomnio (77.8 por ciento), insuficiencia renal (50 por ciento).

En el caso de los niños, se encontró que el 29.5 por ciento de ellos migra con alguna enfermedad, y que el 83.1 por ciento sufre de enfermedades respiratorias.

En materia nutricional, si bien se halló que el consumo de proteínas se ajusta a las recomendaciones sugeridas por algunas organizaciones internacionales, con un 43.5 por ciento de ingesta en los adultos y 38.5 por ciento en niños, hay un gran desequilibrio con el consumo de alimentos que contienen carbohidratos.

En este sentido, se explicó que las cantidades superan las raciones que requiere el organismo, lo cual podría tener incidencia sobre la salud y el sobrepeso en adultos y niños.

También se concluyó que las mujeres tienen un porcentaje más alto de consumo de alimentos con proteína animal y vegetal, carbohidratos y frutas, en comparación con los hombres.

El estudio se llevó a cabo en el punto de salida de migrantes regulares, que sellaron pasaporte en Colombia, con el fin de que correspondieran a migrantes que abandonaban Venezuela, en el periodo del 11 al 21 de febrero de 2019.