El mal momento por el que atraviesa el Gobierno Nacional en el Congreso, por cuenta de las objeciones a la ley estatutaria de la JEP, volvió a dejar en evidencia las serias fracturas que hay al interior del Centro Democrático, el partido que eligió a Iván Duque como mandatario de los colombianos.

El lunes en la noche, en plena sesión plenaria de la Cámara donde se debatía el futuro de las modificaciones planteadas por el jefe de Estado a la justicia especial, se registró  un enfrentamiento entre los integrantes de la bancada uribista.

La discusión tomó fuerza luego de que el representante Edward Rodríguez le pidiera públicamente a la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, dar un paso al costado, tras responsabilizarla de la suerte que corrieron las objeciones en su primer debate.

Esta posición fue duramente criticada por sus compañeros de bancada, quienes rectificaron a Rodríguez y aclararon que sus palabras reflejaban una posición personal y no de partido.

Los ecos de las declaraciones del representante uribista se mantenían ayer, así como los distanciamientos entre los integrantes del partido de Gobierno.

Ernesto Macías, presidente del Senado, por ejemplo, calificó lo dicho por Edward Rodríguez como “un espectáculo” y le aclaró a su colega y compañero de partido, que el único que puede pedir la renuncia de un ministro es el presidente. “Lo demás es hacer un ‘show’ para hacerse notar y lo que consigue más bien es atornillar a la persona que quiere que renuncie”, dijo.

La ministra de Justicia, por su parte, reiteró que ella se mantiene firme en su cargo y advirtió que la renuncia no es un tema que esté en su escritorio. “Aquí estoy trabajando. Trabajando para el programa del gobierno del presidente Duque con todo el compromiso y con toda la decisión”, le respondió Borrero a quienes pidieron su dimisión.