Un total de 128 'barrabravas' (hinchas violentos) del club Boca Juniors, entre ellos sus célebres líderes Rafael Di Zeo y Mauro Martín, no podrán ingresar a los estadios de Argentina por cuatro años, según una disposición publicada en el Boletín Oficial.

La medida se origina en una resolución de la Dirección Nacional de Seguridad de Espectáculos Deportivos aplicada contra los 128 hinchas violentos, por estar procesados en diferentes causas judiciales, precisa el texto.

De esta manera se prolonga por cuatro años la prohibición de asistir a partidos de Boca que ya pesaba sobre Di Zeo y Martín desde abril de 2017 por 24 meses, por aplicación del 'derecho de admisión'.

Esa medida del ministerio de Seguridad había sido apelada por el jefe de la 'barrabrava' --procesado por brindarle protección a un prófugo de la justicia que había ido a ver un partido de Boca--, pero fue ratificada el mes pasado por la Corte Suprema de Justicia.

La prohibición no rige para los partidos que juegue Boca fuera de Argentina.

El gobierno impulsa un proyecto de ley para combatir la violencia en el fútbol y castigar a los 'barrabravas', cuyo articulado se discute ahora en el Congreso.

Se busca aplicar un régimen penal especial que agrava las penas cuando los delitos se producen en el marco de espectáculos futbolísticos.

Se trata un proyecto de 2016 que había caído pero que fue reflotado luego de la escandalosa final de la Copa Libertadores 2018 entre River Plate y Boca, cuando el bus que trasladaba a los jugadores 'xeneizes' al estadio Monumental fue apedreado por hinchas 'millonarios', lo que obligó a la suspensión del superclásico que finalmente se jugó en Madrid en diciembre pasado.

Las 'barrabravas' son parte de una trama de poder en el fútbol de Argentina, en el que la violencia es tolerada por las hinchadas. Además se los sospecha de manejar jugosos negocios que van desde la venta irregular de entradas hasta el control de los 'cuidacoches' que cobran por el estacionamiento alrededor de los estadios.

Debido a la violencia, desde 2013 se prohibió la presencia de público visitante en los partidos, aunque eso no ha podido detener las muertes relacionadas con el deporte más popular en Argentina: diez en 2018 y 143 en los últimos 20 años, según la ONG Salvemos al Fútbol.