En vista del reiterado atraso que presentan los trabajos de construcción de las casas del nuevo Gramalote, cuyo plazo inicial para la entrega total de las 1.007 contempladas se venció en 2018, El personero del municipio, Gerardo Villamizar, solicitó al Fondo Adaptación que proceda a hacer valer las medidas contractuales.

El representante del ministerio público dijo que un último plazo concedido a la Unión Temporal Nuevo Gramalote para que termine de construir un poco más de 300 viviendas que restan del proyecto, vence el 28 de febrero.

Villamizar se preguntó por qué el Fondo Adaptación no ha procedido a hacer efectivas las sanciones por incumplimiento e, incluso, como se ha dado la paralización del contrato, la declaración de caducidad del mismo y que se evalúe la posibilidad de que con otra empresa se pueda cumplir lo que falta.

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Dijo que la Personería ha pasado escritos y en las reuniones ha presionado el tema, en búsqueda de que el Fondo Adaptación se decida por una solución definitiva, dado que, la verdad sea dicha,  dicha Unión Temporal presenta iliquidez,  no tiene plata para cumplir con lo que falta.

Villamizar dijo que a comienzos de año el Fondo Adaptación llegó a un acuerdo con ellos (los constructores) para facilitarles una especie de alivió desde el punto de vista económico y se acordó que el cronograma de obras se alargara hasta finales de febrero.

Sin embargo, Villamizar lamentó que este salvavidas no haya dado los frutos que se esperaban, pues ya se terminó enero y febrero está a punto de culminar, y todo avanza a paso lento. “Materialmente no se observa que los trabajos avancen de manera rápida”.

Estas condiciones de iliquidez de la Unión Temporal ha traído muchas consecuencias en el desarrollo del proyecto,  como las constantes quejas de los trabajadores que han ido a la Personería a denunciar que no les pagan los sueldos, que no tienen plata y duran hasta dos y tres meses sin recibir sus salarios.

El personero lamentó que esto esté pasando con el proyecto de las casas, máxime cuando el nuevo gerente del Fondo Adaptación, Edgar Ortiz Pabón, expresó al momento de asumir el cargo que se iba a poner mano dura al tema del cumplimiento de las obras en el Nuevo Gramalote. “La verdad sea dicha, tampoco en febrero se terminará de construir las casas que restan”. 

El pasado 25 de enero, se cumplió la tercera audiencia de incumplimiento al constructor debido al retraso en los cronogramas de ejecución y entrega. 

En esa oportunidad, la entidad dijo ser consciente de los atrasos del contratista al tiempo que anunció que ejercerá todas las acciones administrativas y judiciales para buscar que cumpla con las 288 casas que están sin terminar.

La Opinión buscó a un representante de la Unión Temporal Nuevo Gramalote, Ricardo Carvajal, para conocer su punto de vista sobre las quejas presentadas por la Personería y la comunidad, pero guardó silencio. Solo dijo que por razones contractuales el vocero del proyecto es el Fondo Adaptación.

Auditoría al proyecto

La Contraloría General de la República  emprendió una auditoría al proyecto de construcción del casco urbano de Gramalote.

Se evaluará el proyecto de reasentamiento del casco urbano,  el cual contempla cuatro fases: 1. Estructuración y pre-traslado, 2. Preparación para el traslado, 3. Traslado y 4. Postraslado.

El proyecto tiene un presupuesto que ha llegado a los $540.697 millones, de los cuales $102.094 millones de pesos han sido aprobados a través de diferentes sectores que tiene a su cargo el Fondo Adaptación.

La iniciativa se cumple  bajo solicitud expresa de la veeduría ciudadana de seguimiento al proyecto, específicamente sobre la efectividad, eficacia y calidad del servicio prestado, de las unidades de vivienda entregadas y de los equipamientos tales como el hospital, polideportivo, casa del adulto mayor, vías de acceso, entre otros aspectos que garanticen la feliz convivencia en el casco urbano.