Aunque las condiciones de orden público en el Catatumbo son el motivo para que se evite realizar el desminado humanitario, para el gobernador William Villamizar es necesario avanzar en este proceso, para evitar más tragedias.

“Independientemente de que haya o no diálogo (con la insurgencia) se tiene que avanzar en las tareas de desminado”, dijo. “Las Farc conocían de sitios donde estaban sembradas las minas y yo creo que con esa información se puede trabajar”.

Por ello, invitó a las fuerzas militares para que con la información existente de ubicación de las minas antipersonal “se vaya avanzando en esa tarea”, pues al margen de que se abran canales de diálogo con las guerrillas que operan en el territorio, “y se le puede dar o no solución al conflicto, están por encima los derechos de la comunidad y, sobre todo, de los niños”.

Villamizar contó que en días pasados se reunió con Asinort, para hablar de los temores de los docentes ante las minas antipersonal, que están sembradas muy cerca de las escuelas del Catatumbo.

“Hemos establecido, desde el Consejo de seguridad que las autoridades, alcaldes, docentes y habitantes, pueden lograr información de la comunidad para poder actuar y ubicar las minas, y evitar que cualquier persona sea víctima”, agregó, a la vez que reconoció que es “un trabajo difícil” mientras estén grupos como el Eln y el Epl que, “muchas veces, por querer atentar contra la fuerza pública terminan, haciéndolo contra la comunidad que nada tiene que ver en el conflicto”.

Orielso Torrado, docente e integrante de la CUT, afirmó que la instalación de las minas también se ha ocasionado porque la fuerza pública ha hecho mal uso de las escuelas, tratando de usarlas como escondite, o punto de encuentro, situación que termina en hechos “irresponsables de los grupos”.

Por ello, pidió sacar de una vez a las escuelas de la guerra y afirmó que los maestros no comparten ninguna acción violenta “venga de donde venga”.