Una reunión con gobiernos locales, representantes del Gobierno Nacional y oenegés le confirmó a Caroline Kennedy que la situación de la frontera colombo-venezolana aún no tiene el reconocimiento internacional que requiere para obtener más apoyo.

“No hay suficiente conocimiento de todo”, dijo la embajadora de buena voluntad del Comité Internacional de Rescate (Irc, por sus siglas en inglés), y agregó que solo ahora la gente comienza a darse cuenta de que “esta crisis está ocurriendo y que es una de las mayores del mundo”. 

“No creo que la gente se haya dado cuenta de eso, y que sepa la clase de atención y respuesta de emergencia que se necesita”, afirmó. “Espero que eso cambie y que la gente pueda ayudar mucho en los tiempos venideros”.

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Por ello, señaló que el encuentro con las autoridades le sirvió para llevar un mensaje a los Estados Unidos, y “tratar de ayudar a las personas a entender los retos que el gobierno local y el gobierno nacional están enfrentando, así como las dificultades para los ciudadanos colombianos y los migrantes”.

Uno de sus enfoques es la educación, razón por la que escuchó los retos del departamento y Cúcuta para atender un volúmen de niños que crece cada día, en contextos complejos como el Catatumbo.

“La educación es muy importante para que la próxima generación pueda crecer y tener vidas más productivas”, comentó.

Si bien reconoció que la comunidad internacional se moviliza para dar respuesta oportuna con bastante asistencia, insistió en que la crisis “es enorme”. 

“Colombia está dando una respuesta que es un ejemplo para el mundo, en términos de cuán duro todos tratan de lidiar con muchos migrantes y creo que la Irc y otros organismos están llevando servicios que salvan vidas”, dijo. 

Desafíos

Víctor Bautista, director para el desarrollo y la integración fronteriza de la Cancillería resaltó la visita, dada la constante cooperación aportada por el gobierno norteamericano en áreas como la educación.

“Se proyecta fortalecer el sector educación, pues se estima que Norte de Santander pasa de los 10 mil estudiantes migrantes venezolanos para 2019 y la cifra va en aumento, lo que plantea serios retos para las infraestructuras educativas, número de docentes”, entre otros.

Bautista coincidió con Kennedy sobre la necesidad de visibilizar la crisis, porque “a nivel mundial no se tiene todavía claridad de lo grande y lo rápida que es la crisis”. 

“Estamos convencidos de que es una de las crisis migratorias más veloces del mundo”, dijo, y resaltó que ya se pasó a dos millones de personas con tarjeta de movilidad fronteriza, “lo que significa que el flujo y la presión sobre la frontera sigue aumentando”.