El nuevo malecón que se construye a orillas del río Pamplonita ofrece a los cucuteños y turistas que arriben a la ciudad todos los elementos para estar en contacto directo con la naturaleza.

La construcción de este singular espacio parte desde el puente Benito Hernández y va hasta la calle 23, en el barrio El Rosal, aguas abajo del río Pamplonita. Los amantes de la naturaleza tendrán la oportunidad de disfrutar el paisaje y de sentir la brisa suave del río madre de Cúcuta.

El escenario a cielo abierto cuenta con amplias zonas verdes, arborización, jardineras y senderos peatonales que les permitirá a los caminantes darse gusto observando las aves que arriman al río o simplemente descansar bajo los frondosos árboles que allí se encuentran. Es la integración del río al entorno urbano.

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El lugar se encontraba olvidado y estaba convertido en sitio de encuentro de habitantes de la calle, dijo Gregorio Angarita, director de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), quien lidera el proyecto ecoturístico.

Allí se conservaron los árboles que por décadas han estado en el sector. Los mismos, sirven de separadores para la habilitación de senderos peatonales y la ciclorruta.

Angarita dijo que como al sitio llegarán niños y visitantes de otras ciudades, se aprovechó para identificar los árboles con fichas técnicas a fin de que puedan conocer parte de la flora urbana nativa de la zona.

Los pisos del nuevo malecón conservarán la arena y piedras del río, y varios puntos contarán con gres y retal de cerámica. 

Todo esto, dijo Angarita, no tiene un costo económico, pues según él el proyecto se está ejecutando en un trabajo articulado con varias empresas que se unieron y que aportan los materiales.

La primera fase será inaugurada para el disfrute de los cucuteños este 20 de diciembre. 

Un detalle que llama la atención en este malecón es la aparición de réplicas de gran tamaño de algunas especies nativas de la región, como la serpiente taya equis, el pájaro toche, el oso de anteojos y el camaleón, elaborados con material de llantas viejas por un artista nortesantandereano.

Allí también habrá senderos para caminantes y ciclistas, en una estrecha relación con la naturaleza.

Aquí se conjugan unas cosas que muy pocas capitales tienen: tenemos río, parque natural, una ciudad llena de alegría y una gente que merece estos espacios para su recreación, dijo Angarita.