El presidente Donald Trump se deleitó este lunes con lo que posiblemente es la victoria más grande, y la más reñida, de su controvertida presidencia, antes de brindar una ceremonia oficial de juramento para el nuevo juez de la Corte Suprema, Brett Kavanaugh. 

La confirmación el sábado del nombramiento de Kavanaugh mostró la polarización de los estadounidenses antes de las elecciones de medio término el 6 de noviembre, donde los demócratas esperan acabar con el dominio republicano en el Congreso. 

Pero lejos de usar el resultado para tratar de sanar a la nación, Trump se abarrotó en ataques aún más feroces. 

Al abordar un helicóptero en la Casa Blanca, el mandatario calificó las acusaciones de agresión sexual que amenazaron con descarrilar el camino de Kavanaugh hacia la máxima corte del país como “un engaño” y “todo inventado, fabricado”. 

Trump predijo que los ataques contra el juez serán contraproducentes para los demócratas.

“Pienso que muchos demócratas votarán por republicanos”, dijo. “Verán muchas cosas el 6 de noviembre que no pasarían”.

La nominación de Kavanaugh como reemplazo del juez retirado Anthony Kennedy fue una polémica desde el principio.
   
Los demócratas lucharon con uñas y dientes para detener la candidatura, enfocándose inicialmente en las posiciones conservadoras del juez.
   
Luego, vino el testimonio de la psicóloga y académica Christine Blasey Ford acusando a Kavanaugh de haberla agredido sexualmente en una fiesta hace tres décadas, cuando estaban en la secundaria.
   
Más adelante surgió otra denuncia contra Kavanaugh por exhibirse ante una compañera de clase en una fiesta en la Universidad de Yale.
   
No se presentaron pruebas para respaldar las mordaces acusaciones. Una investigación adicional del FBI, que según los informes de los medios de comunicación fue drásticamente restringida por la Casa Blanca, tampoco encontró nada nuevo y finalmente Kavanaugh fue votado. 
   
El margen de victoria de dos votos en favor de Kavanaugh en el Senado lo convirtió en la más cercana elección de confirmación para la Corte Suprema desde 1881, y, con mucho, la más polémica desde Clarence Thomas, también acusado entonces de acoso sexual, en 1991. Sólo un demócrata votó por el candidato de Trump. 
   
El lunes por la noche, Trump podrá frotar sal en las heridas de sus oponentes cuando realice una ceremonia formal de juramento en la Casa Blanca.
   
Ahora que Kavanaugh está confirmado, se espera que el tribunal de nueve jueces, que rige las cuestiones constitucionales, adopte un enfoque más definitivamente conservador.
   
Y dado que los jueces cumplen cargos de por vida, es probable que las consecuencias políticas duren mucho más allá de la administración de Trump.