La intuición de algunos uniformados, del Grupo de Operaciones Especiales (Goes) de la Policía Metropolitana de Cúcuta, al notar la actitud nerviosa que tomó José Luis Villalobos, permitió que esta vez no escapara.

Villalobos, conocido en el mundo delincuencial como el Duende, fue ubicado en el barrio Palmeras de la ciudadela Juan Atalaya, a las 11:30 de la mañana del lunes.

De inmediato, los miembros del Goes se le acercaron y lo requisaron. En ese momento, uno de los policías reconoció al Duende, señalado de cometer homicidios, desplazamientos forzados, amenazas contra líderes comunales, hurtos y microtráfico, especialmente en el municipio de Los Patios.

Enseguida, los uniformados trasladaron a Villalobos a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía, donde verificaron que tenía una orden de captura en su contra por homicidio.

La Policía y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, le seguían el rastro al Duende desde hacía cinco meses. 

Según se conoció, en otras oportunidades, las autoridades habían intentado capturarlo pero él siempre lograba escapar.

El prontuario

Las acciones delictivas de Villalobos fueron denunciadas por varias personas, quedando al descubierto que el Duende hacía parte de una banda delincuencial que tenía azotados a los habitantes del barrio Pisarreal y sus entornos, de Los Patios.

Algunas víctimas les contaron a las autoridades judiciales que la gran mayoría de los miembros de esa estructura son venezolanos y están fuertemente armados.

“Los delincuentes generan temor, por lo que aprovechan para extorsionar, robar, vender droga y hasta sacar a la gente de sus casas para apoderarse de ellas”, relató un investigador del caso.

Homicidios

Villalobos presuntamente participó en el doble homicidio de Jefferson Alexander Manrique Carrillo y del venezolano Julio José Rodríguez.

El hecho ocurrió en la medianoche del 5 de junio, en el barrio Las Cumbres de Los Patios.

En ese momento, se conoció que un grupo de siete encapuchados arribó hasta la casa donde dormían las víctimas para asesinarlas.

“Ahí tiene para que sufra. Agradezca que no la matamos, porque queremos que sufra”, le dijeron los homicidas a la mamá de Manrique, mientras asesinaban a su hijo a balazos.

La mujer explicó que tres de los pistoleros entraron a la habitación donde dormían los dos hombres, los obligaron a salir al patio y a que se acostaran en el piso para luego rematarlos.

Manrique se rehusó a acostarse y pidió que lo asesinaran de pie. Así que recibió un disparo en la cabeza.

Entre tanto, el venezolano también fue asesinado. 

Al cierre de esta edición, el Duende era presentado ante un juez en las audiencias concentradas, que definirá la medida de aseguramiento que le será impuesta.