En un ejemplo de fortalecimiento para el tejido social de El Tarra se ha convertido la Asociación de Piscicultores del municipio (Asopistar), donde sus miembros inauguraron una moderna planta procesadora de cachama para mejorar la comercialización.

Con un cuarto frío, máquinas e instalaciones que cuentan con los protocolos de higiene para manejar el pescado, le apuestan a la proyección del mercado nacional, cumpliendo con los parámetros exigidos por el Invima.

La entrega de la planta para el beneficio piscícola que mueve uno de los renglones más importantes de la región, fue dotada en un proyecto articulado desde la Asociación de Municipios, la Alcaldía de El Tarra, Colombia Transforma y Asopistar.

“Hoy vemos un sueño hecho realidad en el que pasamos de tener una asociación a tener una empresa que ha caminado durante más de 12 años en la senda de la honestidad y el compromiso”, expresó el alcalde de El Tarra, José de Dios Toro.

Asimismo, alcanzar el registro Invima les permite que el nombre del municipio se posicione en los sellos de comercialización de la mejor cachama y mojarra de la región.

Es así como El Tarra se convierte en la localidad más fuerte de la región en producción piscícola con la distribución mensual de 16 toneladas en el ámbito departamental.

Para Prudencio Claro, representante legal de Asopistar, contar con un manual interno de trabajo les pone en funcionamiento un sistema que a futuro les podría ofrecer cachama en filete.

“Este camino necesita una mirada del Gobierno central a los procesos organizativos que mantiene el municipio”, afirmó Albeiro Pérez, coordinador de Desarrollo Rural.

La iniciativa

Asopistar es una asociación de productores de El Tarra que reúne a 99 núcleos familiares que han visto en esta práctica piscícola una mejor condición de vida. 

Víctor Guerrero comenzó con esta iniciativa, luego de visitar San Cayetano y El Zulia para conocer el funcionamiento de los estanques.

Esos primeros cultivos dieron resultados alentadores y se logró que la cosecha de los peces produjera favorables metas de comercialización.

Pronto fueron 15 productores cultivando peces, quienes buscaban un camino para organizarse en una actividad económica legal.

En ese año se recibió el mensaje de Asomunicipios a través de su director ejecutivo Emiro Cañizares, entidad que los acompañó en la organización jurídica de la Asociación de piscicultores de El Tarra.  

Con pico y pala tuvo la primera poceta de El Tarra, en la que cultivó 280 cachamas, generando una de las actividades económicas más importantes del municipio.

A sus 76 años, Guerrero agradece a Dios la oportunidad de ver a sus hijos y nietos, pero sobre todo a las familias que encontraron en la piscicultura la oportunidad de trabajar dentro un esquema lícito a través de los alevinos, con lo cual también ayudan a sembrar paz en ese municipio del Catatumbo.