Después de 24 horas de subir al podio para reclamar la medalla de bronce del salto alto del Mundial Juvenil de Atletismo en Finlandia, la antioqueña María Fernanda Murillo Duarte estaba sentada en el piso del aeropuerto internacional de Frankfurt, en Alemania, donde todavía sonreía, recordaba ese momento único y no era consciente del logro obtenido.

La atleta de Turbo, de 19 años y radicada en Medellín desde los 14, ratificó su mejor marca personal, con un metro y 90 centímetros de altura, para quedarse con el bronce mundial, con la primera medalla de esta prueba en todos los tiempos para el atletismo colombiano.

“Estoy muy contenta, feliz con el resultado, porque aunque sabía que podía más, gracias a Dios subimos al podio para cumplir una meta, porque yo venía hablando de este Mundial desde el año anterior en Polonia, a todos les decía, siempre hablaba de este Mundial, siempre decía que quería estar en el podio, me metí tanto en la película, que gracias a Dios lo pude cumplir”, reconoció 'Mafe', quien en su rostro, a pesar del cansancio por el viaje y las largas escalas de aeropuerto, seguía sonriendo.

Pero la competencia no fue fácil, porque ser medallista de un Mundial de Atletismo no es cualquier resultado, es fruto de la dedicación y el trabajo, del esfuerzo que María Fernanda le pone a cada entrenamiento junto con su maestra, Regla Sandino, quien no pudo estar en Finlandia con ella, pero hicieron todas las maniobras para que estuviera presenta con una larga vídeo llamada.

“Esta competencia me gustó mucho porque hubo mucho nivel, con muy buenas competidoras. Comencé un poquito desconcentrada porque no estuvo mi entrenadora, quien me transmite confianza y tranquilidad, pero logramos conectarla por video llamada y luego de los primeros saltos me corregía y me dio esa confianza que necesitaba”, explicó la antioqueña, hija de Medardo y Rosa María.

En la clasificación para la final, las competidoras de salto no tuvieron tiempo de preparación, de ultimar detalles, porque los organizadores estaban alistando la pista y sólo les dieron tiempo ya en la fase de clasificación, por eso 'Mafe' reconoce que “estuve un poco perdida, cometí muchas faltas”.

Sin embargo, ya en el primer salto oficial, de inmediato logró la marca para estar en la final, saltó el metro con 84 centímetros que exigía la IAAF para disputar las medallas y se tranquilizó un poco, porque el primer objetivo estaba cumplido, ahora quedaba buscar ese metro con 90 que le había dado 40 días antes la medalla de oro de los Juegos Suramericanos Cochabamba-2018.

Ya en la final, María Fernanda saltó sin problemas el 1,75, luego el 1,80, así como el 1,84 y el 1,87, hasta que llegó el reto personal, el de 1,90. Su primer intento fue fallido, pero en el segundo superó el listón para asegurar medalla, ya estaba fija en el podio, por eso intentó tres veces el 1,92, pero no pudo.

En su mente tenía la medalla de plata, no obstante, no tenía muy claro el nuevo reglamento de la IAAF, pues ahora en la competencia ya no se acumulan las tres faltas, sino que dan opción de tres faltas por cada altura, así que pensaba tener la plata porque la rival, que fue segunda, había cometido faltas en las anteriores, pero hizo el 1,90 en el primero, ella falló uno y por eso fue bronce, a pesar de haber saltado todos los anterior en el primer intento.

Con la medalla de bronce vinieron las felicitaciones por las redes sociales y una en particular, la de la medallista olímpica y campeona mundial del triple salto, Caterien Ibargüen: “Es una emoción al ver que la persona que nosotros tenemos de ejemplo se tomó el tiempo de estar pendiente del Mundial, de ver mi resultado y felicitarme en sus redes sociales, fue muy bonito, y también Éider Arévalo, Mauricio Ortega y muchos mensajes que me motivaron mucho, incluso gente con la que no he pasado palabra y de repente estuvieron pendientes, eso es muy bonito”.

De Turbo para el mundo

Pero la medalla de bronce de María Fernanda no fue conquistada de la noche a la mañana. Ese metal de bronce tiene más de siete años de trabajo, de disciplina, de dedicación, de sacrificios y de mucho talento, con una de las atletas colombianas con mayor proyección, pero también con mucho presente, no sólo en su categoría, también en mayores.

El inicio de 'Mafe' fue bien particular, porque su prima Berledis Murillo la invitó un día a una integración de pequeños atletas que entrenaban con el profesor James de Jesús Ochoa, no era nada deportivo, era una reunión de niños de 11, 12 y 13 años de edad, para pasar el rato.

Sin embargo, cuando James vio el biotipo de María Fernanda, de inmediato le preguntó si le gustaría entrenar atletismo, que la esperaba al otro día en la Unidad Deportiva de Turbo, cita que 'Mafe' cumplió y rápidamente inició su carrera deportiva, pues a la semana, con siete días de entrenamiento, la inscribieron al primer Departamental Interclubes de Atletismo en Medellín, para la prueba de salto con pértiga.

“Mis papás no me creyeron, por eso mi mamá mandó a mi papá a preguntar que cómo una niñas de 12 años que lleva una semana entrenando ya iba a competir, eso no era lógico, pero bueno, el profesor les explicó y me dieron el permiso, que la verdad ni me acuerdo cómo me fue en esa competencia”, asegura María Fernanda, quien a diferencia de sus hermanos, sí se defendió sola.

Y es que los antecedentes de la familia indicaban que su hermana mayor, Fanny María, quien jugaba voleibol, viajó a su primer campeonato departamental y se enfermó, la tuvieron que ir a buscar y no la volvieron a dejar salir, mientras que su hermano menor, Luis Fernando, cuando viajaba, también en atletismo, se enfermaba porque no comía, no resistía alimentos que no fueran preparados por doña Rosa María.

'Mafe' sí resultó valiente a los contratiempos de la soledad en los viajes, así como su otro hermano, el menor, Fabián Stiven, quien parece que también tiene el chip del deporte, es futbolista y ya está compitiendo en las clasificaciones regionales del Nacional de Ponyfútbol, del que salieron James Rodríguez y Juan Fernando Quintero.

En el primer año de atletismo, 'Mafe' saltó pértiga, luego pasó al salto largo, en el que ganó algunas medallas de categoría infantil, estuvo en los 300 metros con vallas y en los relevos de velocidad, hasta que llegó al alto, y en su primera competencia nacional terminó quinta, con un metro y 58 centímetros de registro.

Por eso vino la gran decisión de su vida, dejar la casa, a los 14 años de edad debía abandonar el calor de la familia, la compañía de Fanny, 'Luisfer' y Fabián, los cuidados de Medardo y la comida de Rosa María, para radicarse en Medellín, para terminar el colegio, los dos últimos grados de bachillerato, y entrenar, para empezar la vida del alto rendimiento deportivo.

A pesar de que sus padres le decían que terminara al menos el colegio en Turbo, con los amigos de toda la vida y luego sí se fuera para Medellín, la respuesta de 'Mafe' fue: “las oportunidades son pocas, está en una y hay que aprovecharla”, un pensamiento de alguien que no se conforma, que quiere cosas grandes, que se sacrifica, porque por más que quisiera irse, tampoco fue algo fácil.

“Fue un cambio muy fuerte, fue pasar de las comodidades de la casa a empezar a valerme por mí misma”, reconoce 'Mafe', quien llegó a vivir a la escuela de pesas por ser menor de edad y cuando cumplió los 18, la recibieron en la Villa Deportiva, donde comparte habitación con Johana Arrieta, corredora de los 800 metros planos.

En Turbo estudió en la Normal Superior y en Medellín se graduó de bachiller en el Colegio Marco Fidel Suárez, ahora estudia enfermería en el CENSA, cursa primer semestre y en su regreso a la Villa debe ponerse al día, pero en pocos días, porque la próxima semana viaja a Barranquilla para competir en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en los que espera continuar con el ciclo olímpico dorado, tras los oros de Santa Marta-2017 y Cochbamaba-2018.

“Estos son los primeros pasos que estoy dando a nivel mundial, de aquí en adelante vienen muchas medallas más en nombre de Dios, ahora se vienen Centroamericanos, donde quiero ganar el oro, pero siempre con el sueño de todo deportista, de llegar a unos Juegos Olímpicos y subir al podio”, visualiza María Fernanda, la nueva joya del atletismo colombiano.