La hora del almuerzo no importó. Las lágrimas y los abrazos se cruzaban el jueves entre los vecinos de la calle 21 entre avenidas 4 y 5 del barrio García Herreros. Al mediodía, su rutina se vio alterada por una macabra noticia.

Su vecina y amiga Jhony del Carmen Besil de Torres, de 68 años, y su hijo Jorge Yair Torres Besil, de 43, fueron brutalmente asesinados.

Las personas que poco a poco se aglomeraron alrededor de la vivienda de las víctimas, calificaban como inexplicable y “sin perdón”, el daño que los homicidas cometieron contra ellos.

“Eran personas muy serviciales. Todos los queríamos en el barrio. Esa señora era un amor”, comentó una de las vecinas, que no ocultó su tristeza y dejó salir las lágrimas, mientras observaba el procedimiento del levantamiento de los cadáveres que tardó aproximadamente tres horas.

La mujer recordó que Besil, quien cumpliría un año más de vida el próximo 16 de julio, le pidió de regalo unas toallas de baño que le hacían falta.

¿Qué pasó?

Los vecinos echaron de menos a mamá e hijo, porque la noche del lunes fue la última vez que los vieron con vida.

“Yo la llamaba insistentemente y le escribí al hijo al WhatsApp y no me contestaba ninguno”, explicó una de las habitantes.

Poco a poco, la intriga de los residentes generó preocupación y se acercaron a la vivienda a tocar la puerta, pero nadie abrió.

Así fue que el olor nauseabundo que salía de la casa confirmó el presagio de que algo malo había ocurrido.

Según versiones de algunos vecinos, un niño se trepó en la fachada de la casa y alcanzó a ver rastros de sangre. 

Por ello, de inmediato, alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta para que arribara al lugar y verificara la situación.

Cuando los uniformados rompieron el vidrio de la puerta principal e ingresaron a la casa, descubrieron la escena, en la que madre e hijo estaban muertos en una habitación.

“La mujer fue degollada y su hijo tenía múltiples puñaladas en el cuerpo”, precisó un funcionario judicial.

Aunque las autoridades avanzan en las investigaciones para esclarecer el hecho, se presume que las víctimas fueron asesinadas en medio de un robo, debido a que los elementos de la casa estaban revolcados y, al parecer, se desaparecieron joyas y dinero.

“Se conoció que Jhony del Carmen recibió dinero de una herencia y se cree que tuvo a un venezolano como inquilino en su casa. Besil era costurera y su hijo trabajaba en la empresa Cerámica Italia”, agregó el investigador.