Desde que se acentuó la diáspora venezolana, tras la apertura peatonal de los pasos internacionales en 2015, Cúcuta se ha convertido en el centro de los envíos de remesas familiares donde acuden a diario centenares de venezolanos para recibir dineros provenientes del exterior que les permitan aguantar la crisis en su país, dado el fuerte control cambiario que desde hace casi dos décadas impera en Venezuela.

Se estima que unos cinco millones de venezolanos han emigrado en los últimos cuatro años, y continúan haciéndolo. Según el economista Aldo Contreras, la mayoría de ellos envía remesas a sus familias y el 80% de esas remesas llegan a Venezuela desde Norte de Santander. Los envíos de dinero a Cúcuta  por parte de venezolanos en el exterior constituyen para la ciudad un negocio que asciende a unos 1.500 millones de dólares al año.

Esta semana, dos de las tres casas de cambio que el Gobierno de Nicolás Maduro autorizó  a principios de junio para cambiar remesas en el país (Zoom e Italcambio), aumentaron la tasa a Bs. 2.200.000 por cada divisa norteamericana, para los venezolanos que hagan envíos a sus familiares desde el exterior. Sobre este particular el grupo Zoom precisó a través de su cuenta en Twitter que la cifra “fue adjudicada en la más reciente subasta Dicom” y acotó que ésta será variable cada semana.

Para Contreras, con esta tasa se estaría reconociendo el precio del dólar no oficial en el país, pues el valor fijado por estas dos casas de cambio que funcionan con autorización del gobierno venezolano, se acercan al paralelo y también representa una devaluación no oficializada superior al 2.650%, lo que constituye la devaluación más grande en la historia venezolana.

“El Gobierno venezolano había eliminado el llamado Dólar Dipro, y se había quedado con una única tasa de cambio representada en el Dólar Dicom, pero esta tasa a la cual están trabajando las casas de cambio autorizada significa en la práctica el surgimiento de un segundo Dicom, el primero regulado en 80.000 bolívares por dólar, y el segundo, que por ahora se ubica en 2.200.000, aunque sin un convenio oficial que ampare este tipo de cambio”.

Se estima que aunque el reconocimiento del dólar paralelo por las casas de cambio podría contribuir a frenar el alza desmesurada que ha sufrido la divisa estadounidense en los últimos tiempos en Venezuela, no logrará detener del todo su escalada.

“Indudablemente el valor del dólar continuará subiendo, porque el gobierno de Nicolás Maduro ingresa divisas única y exclusivamente por concepto de la venta de petróleo, 97% de sus exportaciones son petroleras, y pese a que el precio está subiendo, la producción que hoy debería estar en 3 millones está en apenas 1.250.000 barriles de petróleo por día, lo que hace que ingrese menos dinero”, explicó

Igualmente agregó que Venezuela está en default por el impago de sus deudas en el extranjero, lo que implica que los pocos dólares que entran son para pagar deuda y para hacer importaciones de alimentos de primera necesidad, “y como el gobierno no puede endeudarse por las sanciones en Europa y Estados Unidos, no tiene cómo acceder a dinero fresco que le permita tener más oferta de divisas”.

Advirtió que lo que va a ocurrir es que el mercado, política y económicamente, va a migrar si el Gobierno venezolano finalmente permite que esas remesas ingresen a un precio similar al precio de mercado. Y si no lo permite, ese sistema de remesas simplemente no va a funcionar porque nadie va a utilizarlo para pasar sus divisas por ese mecanismo.

“Si todos los venezolanos en el exterior enviaran sus remesas a las tres casas de cambio autorizadas en Venezuela, probablemente el tipo de cambio se estabilizaría y su tendencia sería a la baja, pero en una economía de hiperinflación, la tendencia del cambio paralelo es al alza”, por lo que insistió en que lo que realmente debe ocurrir en Venezuela es la liberación del control de cambio, para que las empresas tengan acceso a divisas y se reactive paulatinamente la producción, paralizada hoy en día en más del 60%.