Nuestro sistema democrático es Presidencialista, y por esta razón la mayoría de las personas erradamente desprecian las elecciones que se llevaran a cabo el 11 de marzo, por considerar que la elección presidencial es el premio gordo de la lotería. Sin embargo, no pueden estar más equivocados, la elección del próximo congreso es fundamental, entre otras cosas, para otorgarle gobernabilidad al futuro presidente, pues este va a depender del congreso para pasar sus leyes, reformas y demás proyectos de su plan de gobierno. Un presidente sin el suficiente respaldo parlamentario las tiene muy difícil para tener gobernabilidad y tendrá que lidiar de nuevo con la mermelada y el chantaje usando los recursos del Estado para comprar conciencias lo que perpetuaría la corrupción que tanto queremos atacar.

Es por esto que los ciudadanos debemos tomar en nuestras manos la elección del próximo congreso pensando obviamente en la mejor elección para nuestra región y el país, pero también con la mente puesta en quien consideramos la persona más idónea, pulcra, preparada, realista y confiable como futuro gobernante, quien a su vez debe tener un congreso amigo de los mismos objetivos políticos y cercano a sus ideales.

No sobra repetir hasta el cansancio que todo lo que se dice en campaña se nutre de ideas que son factibles en los labios de quien las propone, pero también hay algún populista oportunista que dice lo que el pueblo quiere oír, insulta y ataca para crear caos y polémica, con lo que se crea una falsa imagen de redentor de la debacle en la que la mayoría de las instituciones se encuentran sumidas.

Pero ojo ciudadanos, es en el Congreso donde se origina la mayor parte de las relaciones tóxicas que conllevan los auxilios parlamentarios mal maquillados, la elección de las cabezas de Fiscalía, Procuraduría, Contraloría y Magistraturas, por lo que el poder que el voto ciudadano le otorga a estos individuos es inmenso.

No podemos seguir equivocándonos, debemos dejar de ser borregos y convertirnos en autores de nuestras propias decisiones. Ahí están las ejecutorias, por ejemplo, de los flamantes parlamentarios de nuestra región, que son bien pocas por decir ninguna; que a diario figuran en las noticias por inicio de investigaciones en su contra por corrupción, mermelada, abuso de poder, clientelismo, y un largo rosario de vergüenzas públicas y expoliación de los recursos.

Sin embargo, sin ninguna vergüenza ni pudor, nos piden el voto con base en slogans insípidos y mentirosos, con inundación del paisaje visual de nuestra destruida ciudad de horrorosa propaganda política en vallas, avisos y pasacalles que violan todas las normas que reglamentan esta práctica. Ninguna autoridad local o regional aplica la ley por lo que los habitantes debemos calarnos a diario esos nefastos rostros de inútiles presentes en este maremágnum de propaganda política de pésimo gusto.

El 11 de marzo tenemos una oportunidad única de cambiar el panorama político, hay buenos candidatos, nuevos y preparados, sin nexos ni señalamientos, asociados a partidos políticos serios que han demostrado responsabilidad, honestidad y nada de mermelada en su dieta. Debemos darle oportunidad a estas personas que proponen cosas más allá de los insultos y las denuncias, se necesita imprimirle al nuevo congreso una impronta de eficacia y honorabilidad, debemos castigar a los mismos de siempre, que salvo enriquecerse a costa nuestra, no han hecho NADA por nuestra región y el país. Que voten por ellos sus múltiples cuotas políticas y burócratas zánganos que para su desgracia y la nuestra deben a estos caciques sus puestos y contratos. Los demás seamos serios y responsables con nuestra patria en riesgo de caer en peores manos.