La competitividad es la palabra clave del desarrollo empresarial y en muchos casos esta evolución exige la tecnificación de los procesos productivos.

En Norte de Santander, en donde el tejido empresarial está compuesto en un 99,15% por micro y pequeñas empresas, este es uno de los grandes retos.

Para hablar sobre este tema, La Opinión buscó a dos de los casos exitosos de tecnificación en el departamento, uno del sector agropecuario: Coagronorte y el otro de calzado: Mussi. Guillermo Infante y Germán Hernández, gerentes de estas unidades de negocios, respectivamente, hablaron sobre las verdades y mentiras que implica la renovación tecnológica.

En el caso de la Cooperativa Agropecuaria de Norte de Santander (Coagronorte), el proceso de modernización que inició hace más de seis años, le ha servido para ser reconocidos en el país como uno de los molinos más sofisticados, con lo último en tecnología en cada uno de los procesos: recibo, secamiento, almacenamiento, trilla y comercialización, está el almacenamiento completo.

Por su parte, Mussi, que desde el año pasado empezó a competir en el exterior y que tiene en su ADN la tecnificación, en 2013 decidió hacer una nueva inversión apostándole a aumentar la productividad, calidad y control sobre las líneas de producción, todo con el objetivo de ser más competitivos en el mercado local y extranjero.

1¿Más máquinas, menos trabajadores?

Falso

La implementación de tecnología no siempre está relacionada a la reducción de personal. En el caso de la cooperativa arrocera, la planta de personal en los últimos 10 años, pasó de 75 a más de 200 trabajadores, mientras que la fábrica de calzado la cifra evolucionó de 80 a 170 personas.

Un ejemplo de cómo funciona esta dinámica la dio Hernández, quien indicó que tras tecnificar y automatizar todo la línea de corte en Mussi, no se eliminó ningún puesto de trabajo. “Todo lo contrario, les explicamos claramente en que significaba el cambio, ellos siguieron con el corte a mano y generamos nuevos trabajos a las personas que manejan las maquinas de corte”, agregó.

2 ¿Es un proceso lento?

Verdadero 

“Hemos ido creciendo paulatinamente, a medida que hemos requerido inversiones hemos avanzado y esto nos ha permitido avanzar en el mercado nacional. Cumplimos ciertos requisitos para ir creciendo en el mercado. Cada vez que llegamos a un escalón nos nivelamos y después miramos en qué vamos a seguir creciendo para invertir en nuevos equipos”, precisó Infante.

Así mismo, Hernández destacó que es muy importante “entender para qué quiero tecnificar, entender el producto y el cliente. Entender qué preferencias tiene el cliente con relación al producto y entonces qué aspectos debo tecnificar. Por ejemplo, si soy experto en tacones altos y mi cliente valora eso, hay herramientas y máquinas para mejorar ese tipo de productos”. 

“La gente tiene que pensar a largo plazo y no a corto. Somos muy cortoplacista. Invertimos hoy y queremos ganar hoy. Tienen que generar pensamiento positivo y soñar las cosas, imaginarlas y rodearse de gente capacitada”, dijo Infante.

3 ¿Es muy costoso?

Verdadero

En los últimos seis años, Coagronorte ha invertido cerca de 19.000 millones de pesos en maquinaria e infraestructura, que se ven reflejados en mayor producción, menores tiempos de producción, agilidad en las dinámicas de cargue y descargue, mayores controles de calidad y variedad en los productos.

En el caso de la empresa de calzado, los resultados, también evidentes en las dinámicas de producción, le han costado a la empresa 600 millones de pesos. Las nuevas máquinas le permitieron a Hernández profundizar en los trabajos de calidad y eliminar los ‘cuellos de botella’ o restricciones que había identificado y que le impedían ser más productivo. 

4 Riesgoso y rentable 

Verdadero

Antes de invertir, los empresarios no pueden olvidar que hay costos extras y riesgos al momento de hacer una transformación tecnológica. “Desde el punto financiero hay un mayor costo, con mayores precios en el mercado, pero todo hace parte de la dinámica del costo beneficio. Seguramente al principio ve que los costos suben, se gasta más luz porque las máquinas consumen; hay una curva de aprendizaje de las personas porque se desperdicia más materia prima en factores de producción y eso hace parte del aprendizaje”, dijo el gerente de Mussi.

Sin embargo, si la inversión está debidamente estructurada y se da efectivamente, las cifras se verán reflejas en los resultados. “Gracias a esta apuesta la facturación pasó de 30.000 millones de pesos a 131.000 millones de pesos”, dijo Infante.