Luego de viajar por más de 14 horas en bus, sin importarles el cansancio que tenían y sin un solo peso en los bolsillos, este lunes en la mañana, llegaron a Cúcuta los familiares de dos de los cuatro venezolanos que fueron asesinados la madrugada del pasado 19 de enero en La Parada (Villa del Rosario).

Sin haber asimilado aún la trágica noticia que les dieron el fin de semana y guardando las esperanzas de que no fueran ellos, padre y hermanos de las dos víctimas se acercaron a Medicina Legal a identificarlas plenamente.

Una vez adentro del instituto forense, los parientes entregaron las cédulas de los dos hombres para que por medio de la huella que trae el documento pudieran quedar plenamente identificados, pero también esperaban que les dejaran ver los cadáveres o las fotos para descartar de una vez que no fueran ellos.

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Las horas pasaron y la angustia se hizo más grande, pese a que los familiares fueron al Consulado de Venezuela, en Cúcuta, buscando ayuda, no lograron conseguir nada, les tocó regresarse a Medicina Legal a seguir esperando, hasta que por fin pudieron establecer que sí eran ellos dos.

Quiénes son

Se trata de Odlanyer Reinaldo Pinto Hidalgo, de 23 años, y Paul Alfredo Blanco Salas, de 34, dos hombres a los que el destino unió en una historia trágica, pues ambos salieron huyendo de Venezuela por la crisis económica que atraviesa ese país. 

Sin ponerse de acuerdo, las dos familias coincidieron en la argumentación del por qué Pinto y Blanco estaban en La Parada. Ambos venían a buscar dinero para  enviar a sus parientes “porque las cosas en Venezuela no están bien”.

Su arribo

Uno llevaba más tiempo en Colombia que el otro. Paul Alfredo pasó la frontera y se quedó en La Parada desde hace un mes, mientras que Odlanyer Reinaldo apenas llevaba una semana.

Los dos se dedicaron a trabajar en esa población fronteriza de Villa del Rosario, llevando y trayendo mercancía de Venezuela, pero también se pusieron a movilizar personas y maletas por el puente internacional Simón Bolívar.

Las historias

Pinto habló por última vez con su papá el martes pasado, en la noche. Él lo llamó y le dijo que estaba bien, que no se preocupara, que aparentemente un amigo que estaba en Bucaramanga le iba a regalar lo de los pasajes para que se fuera para allá a trabajar con él.

“Después de eso no volvimos a tener contacto y al ver que habían pasado dos días que no sabíamos nada, y que él nos había dicho que pensaba devolverse el fin de semana que pasó, nos preocupamos. Igual, el sábado nos llegó la noticia de que lo habían matado. Nosotros venimos desde Carabobo”, sostuvo el padre de Odlanyer Reinaldo Pinto.

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Dos hermanos de Paul Alfredo Blanco llegaron desde Maracay (estado Aragua) confirmando que fue asesinado y su cuerpo abandonado dentro de una caneca.

“Hace una semana él nos llamó y habló con la esposa y la hermana, les dijo que ya estaba casi todo listo para que se vinieran, pero como no volvió a comunicarse nos preocupamos”, indicó uno de los hermanos de Blanco.