Los familiares de Dairon Yair Sánchez Álvarez reflejaban el jueves en sus rostros el dolor y la resignación de saber que, desde la noche del miércoles, cuando hirieron a su ser querido de un disparo en la cabeza, eran pocas las esperanzas de que sobreviviera.

“Los médicos nos dijeron que lo acompañáramos, porque ya no había nada que hacer. Ayer, en la tarde, cuando salíamos del centro médico murió”, dijo una de las familiares en el hospital Erasmo Meoz.

A las 8:30 p.m., Dairon Yair fue atacado a balazos por desconocidos, que se bajaron de un taxi, en la avenida segunda con calle 4 del barrio El Oasis. El joven, de 23 años, estaba en compañía de dos menores de edad, de 5 y 14 años, quienes también resultaron heridos.

El menor de 14 años recibió una herida de bala en el brazo derecho y el más pequeño fue golpeado en la cabeza con la cacha de un arma de fuego.

Los heridos fueron trasladados al puesto de salud de la Loma de Bolívar, desde donde Sánchez fue remitido de inmediato al Hospital Universitario Erasmo Meoz.

Ataque desde un taxi

El coronel Rubén Valencia, comandante encargado de la Policía Metropolitana de Cúcuta, aseguró que los autores del crimen se movilizaban en un taxi Chevrolet Spark, de placa SPZ-619.

“Tenemos información importante. La Policía Judicial está haciendo lo respectivo para lograr la captura de estos sujetos”, dijo el oficial.

Miembros de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía Metropolitana de Cúcuta, adelantaron la inspección en el lugar del atentado y recolectaron evidencias para el desarrollo de la investigación que busca esclarecer los móviles del crimen.

Venía de trabajar

Los parientes de Sánchez Álvarez aseguraron que ese día  Dairon salió de su lugar de trabajo, como zapatero, cerca de su casa y cuando caminaba hacia la vivienda, se encontró con un grupo de amigos y se quedó jugando con ellos.

Asimismo, afirmaron que no conocían de amenazas o problemas en su contra que pudieran haber generado el homicidio.

Por ahora, las autoridades avanzan en la búsqueda de los autores materiales e intelectuales del hecho.

Los dos menores de edad se recuperan de las heridas, que no revistieron gravedad, en centros médicos.