La víctima fue atacada mientras caminaba por el paseo de tierra que recorre paralelo a la vía del tren, cerca de la estación.
En España, una colombiana fue violada y brutalmente golpeada

La policía regional catalana investiga las circunstancias de la violación y agresión brutal que sufrió una mujer colombiana de 42 años el pasado 28 de diciembre en la localidad costera española de Sant Andreu de Llavaneres, en la provincia de Barcelona.
El agresor también robó las pertenencias de la víctima, residente en Mataró (Barcelona), según consta en la denuncia que ésta presentó el 3 de enero.
El juzgado de Mataró encargado del caso ha abierto una causa por los delitos de agresión sexual, lesiones y robo con violencia, informó hoy el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
Los psicólogos forenses trabajan con la hipótesis de que la víctima conocía al agresor, aunque todavía no está identificado por la policía, dijeron a Efe fuentes cercanas a la investigación, que se encuentra bajo secreto de sumario.
Para identificar al violador, también indagan en el entorno personal de la víctima.
El responsable de la cantina de la estación ferroviaria local, Antonio Torres, llamó a Emergencias después de que dos personas encontraran cerca a la mujer tras ser violada y golpeada.
Torres explicó a Efe que estaba “totalmente desfigurada” y se encontraba “sangrando”, muy malherida, aunque pudo llegar a pie hasta el entorno del establecimiento.
La agredida, como hacía cada mañana, recorría los tres kilómetros que hay entre su domicilio en un barrio de Mataró próximo a la zona agrícola hasta una de las lujosas viviendas de Llavaneres, donde trabajaba como cuidadora de un joven impedido y al mismo tiempo como servicio doméstico.
Su asaltante se había aprendido su rutina diaria y la esperó a la altura de la estación, a pocos metros del paso subterráneo que cruza las vías. La sorprendió. Tras golpearla brutalmente hasta desfigurarle completamente el rostro, le arrancó violentamente toda la ropa y consumó la violación.
A continuación, para dificultar que fuera encontrada, la arrojó entre las rocas del espigón y la dejó abandonada, gravemente herida, posiblemente al creerla muerta huyó del lugar. Tras la agresión, fue arrojada a las rocas del espigón, desde donde pidió ayuda al menos a tres personas que caminaban por el lugar. Al parecer, no hicieron caso de los gritos de la mujer, y son buscadas por la policía.
Según algunas personas presentes en la cantina de la estación ferroviaria local, donde fue atendida en primera instancia, la mujer dio algunos detalles del agresor. Los agentes tomaron ya declaración a varios testigos.
El Ayuntamiento de Sant Andreu de Llavaneres y las autoridades regionales catalanas condenaron contundentemente la agresión.
Con información de La Vanguardia
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