Nueve personas fallecieron este viernes en un ataque contra una iglesia al sur de El Cairo, cometido por un hombre armado que fue ultimado por la policía egipcia.

El portavoz del Ministerio de Salud Jaled Megahed dijo a la televisión estatal que el hombre que fue abatido había matado a nueve personas, entre ellos un policía, y herido a varias.

Uno de los muertos en el ataque, que tuvo lugar en Helwan, en la periferia de la capital, era un policía, según la televisión pública.

El atacante disparó en el exterior de la iglesia, hiriendo a cinco guardias de seguridad, e intentó atacar el edificio, pero la policía lo mató, precisaron los responsables. 

Según la televisión estatal, se arrestó a un segundo atacante que había escapado.

En videos filmados con teléfonos y publicados en redes sociales se veía a un hombre con barba que portaba un chaleco cargado de municiones tendido en el suelo en la calle, medio inconsciente, mientras la gente le agarraba los brazos y lo esposaba.

La policía acordonó después el lugar del crimen mientras que los equipos forenses examinaban la zona.

Desde diciembre de 2016, la rama del grupo Estado Islámico (EI) en Egipto ha matado a decenas de cristianos, sobre todo coptos, en ataques con bombas y armas de fuego en iglesias de todo el país y ha amenazado con más ataques contra esa minoría.

Los cristianos coptos de Egipto representan el 10% de los casi 100 millones de habitantes de ese país, mayoritariamente musulmán, y son la primera minoría religiosa. También suponen la comunidad cristiana más grande de Medio Oriente y una de las más antiguas.

El grupo EI reivindicó un ataque suicida contra la iglesia copta de San Pedro y San Pablo en El Cairo el 11 de diciembre de 2016, que dejó 29 muertos.

En abril de 2017, 45 personas murieron en dos ataques suicida reivindicados también por el grupo EI en Alejandría, segunda ciudad del país, y Tanta, en el norte.

Un mes después, un hombre armado de EI mató en el sur de El Cairo a 28 cristianos que viajaban a un monasterio.

Se cree que los yihadistas también cometieron una masacre de fieles musulmanes en el Sinaí en junio, con saldo de más de 300 muertos, en una mezquita vinculada con la rama sufí, una vertiente mística del islam que los yihadistas de EI consideran herética.

Tras esos ataques, Egipto estableció el estado de emergencia y el presidente Abdel Fatah al Sisi pidió al ejército que se impusiera sobre los yihadistas con una "fuerza brutal".

El grupo lleva a cabo una mortífera rebelión desde su base en la península del Sinaí, fronteriza con Israel y la Franja de Gaza, y ha matado a cientos de policías y soldados.

El jueves, seis soldados egipcios murieron por la explosión de una bomba junto a una ruta en el Sinaí.

La semana pasada, el grupo Estado Islámico dijo ser responsable del disparo de un misil antitanque contra un helicóptero en un aeropuerto del Norte del Sinaí durante una visita de dos ministros. Éstos salieron ilesos, pero murieron el asistente de uno de ellos y un piloto del helicóptero.