Jonathan Fierro, quien  se convirtió en el ganador de la séptima temporada de Protagonistas dijo que “no es cuando uno quiera, es cuando Dios quiera”.

El barranquillero estudió  actuación en la Academia Charlotte en Bogotá, e hizo un taller de actuación en Casa Ensamble y otros talleres, pero la vida lo llevó por otro camino, hasta que tomó la decisión de inscribirse a Protagonistas y a medida que pasaban los días,  veía que su sueño de llegar a la final se iba materializando y el resultado fue ser el ganador. 

Con el dinero lo primero que hará será “ayudarle a mi mamá a pagar unas deudas que tiene y también quisiera irme a estudiar al exterior para retomar la actuación”. 

Cree que los sueños sí se cumplen. “Pensé en un momento que no era así y hoy el destino me está callando la boca. Yo le pedía a Dios, iba a misa, hacía ayunos y sentía que se me cerraban las puertas, hasta el punto en el que decidí retirarme, pero no es cuando uno quiera, es cuando Dios quiera. Y aunque mi papá no estaba de acuerdo en que yo fuera actor, mi mamá siempre creyó en mí y me decía que no dejara de lado la actuación y mi sueño se hizo realidad”.

¿Qué fue lo que más disfrutó de su estadía en la Casa Estudio?

Las clases y las pruebas actorales, creo que Amílcar y yo éramos los que más ansiábamos que llegaran los lunes para que nos entregaran la nueva prueba actoral, saber qué personaje nos iba a tocar y que escena tendríamos que representar, mis clases favoritas fueron actuación y comedia. 

¿Cuáles fueron las pruebas de actuación que más le costaron trabajo?

Una que tuve que hacer con Katalina, que tenía que ver con la sensualidad, porque no había muy buena química con ella actoralmente y otra con Paola de la novela La ley del Corazón, con ellas dos casi no compartí en la Casa Estudio. 

¿Qué enseñanzas le deja Protagonistas?

Creer más en mí, en que uno sí puede prepararse en un reality, así no haya tan buena convivencia. 

Se radicará en Bogotá para empezar en la actuación y “mirar cómo se me dan las cosas”.