Dos uniformados fueron detenidos por funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, al interior del comando de la Policía Metropolitana de Ibagué, donde les notificaron que eran requeridos por el delito de concusión.

Ambos patrulleros del CAI Trinidad, en el sur de Ibagué, estaban en la formación junto a sus compañeros para salir a cumplir sus funciones de vigilancia, pero fueron aprehendidos. 

Posteriormente, los llevaron a la Unidad de Reacción Inmediata, URI, y quedaron a disposición del Fiscal 50 seccional de la administración pública de Ibagué, que ayer en el Palacio de Justicia en audiencia de imputación narró los hechos acaecidos con los funcionarios públicos.

En la diligencia ante el Juzgado Quinto de control de garantías, el fiscal sostuvo que la denunciante fue Magaly Mogollón, residente en el barrio Alaska.

Mogollón, entre marzo, abril y mayo adelantó en su vivienda actividades de remodelación, sin contar con el permiso de la autoridad Administrativa de Ibagué.

Por lo anterior, el 9 de marzo del presente año llegó a la casa de Mogollón un equipo de policías conformado por Guido Andrés González y Gustavo Alfonso Prieto, quienes se movilizaban en una motocicleta de la Institución.

En la audiencia el representante del ente acusador, aseguró que González y Prieto en el momento de su presunto mal proceder, no estaban de turno y para entonces eran de distintas unidades.

Los agentes en su supuesta labor social, le dijeron al encargado de la obra de la casa de Mogollón, que debían sellar la construcción por orden de la Alcaldía de Ibagué.

En la denuncia penal, ella indicó que el patrullero González, le pidió 300 mil pesos para no sellarla.

Desesperada, la ciudadana les dijo a los patrulleros que no le hicieran eso, porque no contaba con ese dinero.

Ante la súplica de Mogollón, González le aseguró a la víctima que el dinero no era para ellos (los patrulleros), sino para un oficial en el grado de mayor, pero no fue nombrado.

Debido a ello, la ciudadana les aseguró que sólo contaba con 250 mil pesos, lo destinado para pagar el trabajo del maestro de la obra.

González simuló llamar al supuesto mayor de la Policía, para saber si aceptaba el monto ofrecido y efectivamente lo recibieron.

El fiscal sostuvo que González le firmó un papel a Mogollón y le indicó que si tenía problemas lo llamara.  

Cuando todo supuestamente estaba solucionado para seguir la construcción, Mogollón recibió una citación de la Secretaria de Gobierno, que tiene a su cargo la Inspección segunda urbana de la Policía, a través del cual le pidieron el trámite administrativo para hacer los trabajos en su vivienda.

Es así que, descubrieron lo que había pasado y una oficial de la Policía le pidió a la mujer que denunciara a los patrulleros y con las evidencias el Juez Sexto penal de control de garantías ordenó sus detenciones.