No le dijeron nada, lo agarraron a quemarropa y le pegaron cinco tiros”, así recuerda un testigo el momento en que un par de asesinos llegó a la casa de Miguel Roberto Ascanio Bayona y lo mató presuntamente por robarle la motocicleta.

El caso se registró el viernes a las 9:00 de la noche en el barrio Los Límites de Villa del Rosario cuando la víctima se acababa de sentar, en el porche de la casa a disfrutar de un plato de comida.

En el mismo momento, la compañera sentimental, con quien quedaron dos hijos, estaba diagonal al inmueble conversando con unas vecinas, cuando vieron pasar a dos hombres. Uno de los sujetos iba vestido de negro.

De un momento a otro y sin decirle nada “uno de los tipos corrió hacia donde estaba Miguel y le disparó y remató, en total fueron como cinco tiros. Nosotras salimos corriendo, mientras tanto el otro tipo fue y sacó la moto que estaba en el porche, con la llave puesta, la prendió y se la  robó”, recordó una de las vecinas.  

Ascanio Bayona, nacido en El Tarra, murió de manera fulminante, sin que nada pudieran hacer su compañera o vecinas para salvarle la vida. Algunos tiros hicieron blanco en su cabeza. 

Los delincuentes emprendieron la huida en la motocicleta de la víctima marca Suzuki GN 125 Nova, placa  ANW06E. Un vecino le contó a las autoridades que metros más adelante los dos hombres recogieron a una mujer y se fueron los tres en la moto. 

Enseguida, los familiares de Ascanio Bayona fueron a buscar a la Policía y una hora más tarde la unidad de criminalística de la Sijín practicó el levantamiento.

En la inspección al lugar de los hechos, los investigadores judiciales encontraron tres cartuchos percutidos y uno completo, calibre 9 milímetros.

El coronel Javier Barrera, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, informó que trabajan en otra hipótesis diferente al robo de la moto y encauzaban las investigaciones hacia un ajuste de cuentas entre grupos delincuenciales por microtráfico de drogas.

“La víctima tiene una sentencia condenatoria por concierto para delinquir y venía siendo investigado por el delito de violencia intrafamiliar y lesiones personales”, agregó el oficial.

Vivía solo

María Bayona, madre de la víctima, llegó ayer de Tibú para encargarse de las exequias de su hijo.  La mujer, ahogada en llanto, contó que Miguel Roberto sufrió un accidente hace tres años en una mina de carbón que lo dejó incapacitado.

“Él trabajaba de mototaxista y pelaba ajos para una empresa. Tenía la columna fracturada en tres partes y no podía alzar más de 2 kilos de peso. Por eso, se rebuscaba con trabajos livianos”, contó la progenitora.

María aseguró desconocer de amenazas en contra de su hijo, de 35 años.

“Mis nietos vivían con su mamá en otra casa vecina. Con lo que mi hijo se ganaba estaba terminando de construir su casa. Eso era lo que él quería para dejarle a sus pequeños”, recordó con lamento la madre del occiso.