El fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, confirmó que durante los próximos días se reunirá con el vicepresidente de la República, Óscar Naranjo, para sostener conversaciones sobre el sometimiento a la justicia por parte del Clan del Golfo.

Según Martínez, el alto funcionario del Gobierno Nacional ha sostenido reuniones con líderes de la banda criminal, por lo que el fiscal asegura que esto puede ser productivo a la hora de conocer las intenciones de la estructura delincuencial para someterse a la justicia.

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Sin embargo, el jefe del ente acusador confirmó que el sometimiento del grupo al margen de la ley debe tener un estudio especializado. “Lo he dicho, en Colombia no existe legislación para desarrollar un modelo de sometimiento colectivo y estoy muy atento de llevar a cabo reuniones con el vicepresidente de la República, por lo mismo, ya llevamos a cabo una reunión con el ministro del interior y con el ministro de justicia”, dijo el fiscal.

Igualmente, el fiscal enfatizó que el sometimiento a la justicia debe ser integral, “no puede haber continuidad alguna de las actividades delictivas y se debe hacer entrega de todos los elementos ilícitos”.

Así mismo, deben entregar las rutas del narcotráfico y erradicar por completo al actuar criminal en cuanto a esta actividad.

El Clan del Golfo

Se les ha conocido como Clan Úsuga, Los Urabeños, Bloque Héroes de Castaño y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), y bajo todas sus denominaciones desafiaron por largos años las leyes colombianas. Y es que a esta organización se le considera la actualmente la agrupación narcoparamilitar más grande, peligrosa y mejor estructurada del país,​ por la cantidad de combatientes que la integran, por las zonas donde tienen presencia y el gran número de cargamentos de droga que ha traficado nacional e internacionalmente.​

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Es señalada de pertenecer a las denominadas Organizaciones Integradas al Narcotráfico (ODIN). Comparte el escenario del narcotráfico con otras bandas narcoterroristas, entre las que se encuentran Los Rastrojos (extintos en 2016), las disidencias del ERPAC (Bloques Meta y Libertadores del Vichada), Los Paisas (extintos en 2014) y la Oficina de Envigado; esta última seriamente debilitada debido a la captura de sus líderes. El Clan del Golfo lideraba el panorama de las bacrim en Colombia por sus más de 2.000 integrantes en 2013, lo que la calificó como la agrupación criminal más grande del país (y aún a 2017 lo sigue siendo). Presentaban incluso más integrantes que las guerrillas juntas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) con al menos 1500 miembros, y la disidencia del Ejército Popular de Liberación (EPL), que tiene menos de 100 militantes.  La Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) asegura que este clan cuenta con 560 redes criminales.​

A finales de marzo de 2013, el presidente Juan Manuel Santos confirmó que el Clan Úsuga es la «única banda que realmente se mantiene con una influencia a nivel nacional», mientras que otras agrupaciones mafiosas al servicio del narcotráfico han perdido terreno e influencias. Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, su máximo líder,  es buscado por el Gobierno que ofrece la suma de $2.000.000.000. Por su parte el Gobierno de los Estados Unidos lo busca por ser el líder de la organización, la cual cataloga como «fuertemente armada (...) y extremadamente violenta».22​ La recompensa por su captura es de USD $ 5.000.000.