“Los delincuentes le exigían a Rodolfo que les entregara $30 millones que supuestamente tenía por la venta de su casa. Pero, él no la había vendido y no tenía nada”. 

Según los familiares, esa fue, al parecer, la razón por la cual desconocidos acabaron de un golpe con la vida de Rodolfo Peñaranda Camargo, de 72 años, y después lo sumergieron entre un tanque repleto de agua.

Según se conoció, Rodolfo departía con allegados en una feria y fiesta campesina organizada, el sábado, en el parque principal de Sardinata y entrada la noche decidió irse a dormir a la casa de una prima, ubicada a una cuadra del parque. 

“Al rato, la prima fue hasta la casa porque tenía que ir al baño. Pero, en el momento que abría la puerta unos tipos la golpearon y se metieron a buscar a Rodolfo”, señaló un familiar.

Tras no lograr su cometido, los agresores escaparon. 

Cuando la prima pudo reponerse de los golpes, que la dejaron casi inconsciente, corrió  hasta el parque y les dio aviso a su esposo y demás parientes sobre lo ocurrido. Pero, al llegar a la casa nada pudieron hacer para auxiliar a Rodolfo. Había muerto.

“Falleció por un golpe con objeto contundente al parecer por hurtarle un dinero. Se adelantan las investigaciones por parte de la Policía judicial para esclarecer este hecho y judicializar a los responsables”, indicó la Policía de Norte de Santander en un boletín de prensa.

El levantamiento del cadáver estuvo a cargo de la Sijín de esa localidad, que lo trasladó hasta la morgue de Cúcuta. Ayer, los familiares que viven en la capital nortesantandereana hicieron las diligencias para reclamar el cuerpo y trasladarlo a Sardinata, donde le darán sepultura.

Móviles

Peñaranda Camargo, nacido en Sardinata, era soltero y no tenía hijos. Era propietario de una pequeña casa-finca en la vereda Rancho Grande del corregimiento La Y de Astilleros (El Zulia), la cual, tenía en venta.

Según los allegados, Rodolfo se dedicaba a las labores agrícolas como la de siembra de yuca, plátano y maíz, pero por su avanzada edad cambió de actividad y, actualmente, prestaba dinero a interés. 

La familia lo describió como una persona tranquila, que no tenía enemigos y no se metía en problemas. Sin embargo, recordaron que Rodolfo había sido víctima de algunos atentados a los que sobrevivió en años anteriores.