Una iniciativa de la Academia de Historia de Ocaña.
Estudian el río Tejo y su importancia

La Academia de Historia de Ocaña está promoviendo un estudio para determinar la importancia del río Tejo en el desarrollo económico y social del municipio.
La vigía del patrimonio, Martha Pacheco García, indicó que el afluente jugó un papel trascendental durante la época de La Colonia. Con las aguas funcionó el molino para triturar trigo, base de la economía de la época.
Igualmente, en el sitio existía el pozo Trianón, para el primer acueducto de la ciudad. De allí se extraía el agua para la fábrica de gaseosas La Favorita, que funcionó en la década de los 30.
Durante la pasada cumbre de alcaldes de Norte de Santander, la vigía Pacheco entregó los folletos donde se reseña la importancia de preservar el río Tejo.
En el mismo se cuenta cómo se formaron los barrios La Playa (hoy La costa), El Tejarito, La Favorita, Villanueva, El Llano y El Carretero. La justificación estaba dada en el establecimiento de puntos de cargue y descargue de mercaderías y las herrerías que prestaban servicios a las recuas encargadas del transporte.
El barrio La Costa es uno de los sectores urbanos más antiguos de la ciudad. Las primeras menciones históricas del lugar, datan de 1850, cuando llegó a Ocaña la Comisión Corográfica bajo la dirección de Manuel Ancízar, quien describió los resultados de su itinerario viajero, costumbres típicas, aspectos geográficos, sociales y económicos, en su obra Peregrinación de Alpha.
El río Tejo, denominado antiguamente Río Grande, fue el recurso hídrico más importante de los ocañeros desde la fundación de la ciudad hasta bien entrada la década de 1960.
El afluente recorre el barrio de sur a norte y hoy presenta graves problemas de contaminación por vertimiento en su cauce de aguas residuales desde el sector La Pradera.
A su paso por el antiguo Molino de trigo, el río Tejo permitió las operaciones de este emplazamiento productivo. En pasadas épocas, el Tejo contribuyó al establecimiento de las pequeñas industrias locales y el oficio de las famosas lavanderas que se distribuían en sus riberas.
El barrio de La Costa es uno de los pocos sectores de Ocaña que aún conserva buena parte de su arquitectura tradicional.
Viejas casonas con patios y huertos floridos, de tapia pisada, cubiertas de madera, caña brava y teja española, calles retorcidas y misteriosas, hacen parte del panorama general del barrio, habitado por gente trabajadora que guarda celosamente su legado histórico y cultural.
Para facilitar el tránsito entre el barrio y el camino antiguo hacia Pueblo Nuevo, se construyó un puente hacia la década de 1920 sobre el río Tejo, que se ha denominado como el Puente del Tejarito.
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