Que nadie se quede sin experimentar lo mágico de leer es uno de los propósitos de la Fundación Juventudes Literarias, liderada por Angie Mishell Moreno Coronel, cucuteña de 19 años.

El sentir que su colegio era ‘cárcel de cerebros’ fue lo que llevó a Angie, con tan solo 15 años, a buscar la manera de que el aprendizaje fuera más divertido, que se permitieran libertades y que el resultado fuera más conocimiento.

En medio de esa búsqueda llegó a la Biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero, en donde le abrieron las puertas de la Sala Tic para que emprendiera su camino en la literatura. 

Nadie le sacaba de la cabeza que había más jóvenes como ella, estudiantes que necesitan sentir que el aprendizaje sea más que un compromiso por una buena nota y un aprobado a final de año.

A las primeras actividades que organizó fueron muy pocas las personas. Sin embargo no se desanimó, siguió intentándolo.

Hoy, cuatro años después, hay un grupo sólido, sedes en cinco ciudades del país y un sinfín de jóvenes dejando volar la imaginación a través de los libros.

Café literario, El chocolatorio, La pizza literaria, El karaoke literario y Amigo lector se destacan entre las actividades que dirige Angie para los 30 jóvenes que hacen parte de la fundación en Cúcuta.

El proyecto principal es el llamado Café literario.

Se diferencia de los demás, porque hay secciones como El psicólogo literario, que se materializa cuando alguien se siente identificado con una parte de la lectura y decide compartir un capítulo de su vida con el grupo.

Amigo lector es una especie de juego al amigo secreto, en el cual  los regalos son intelectuales, como por ejemplo obsequiar libros y documentales, o encuentros para conocer el arte.

De grupo a fundación 

(Han creado espacios para hacer más llamativa el leer un libro y aprender un poco más.)

Recientemente, la Cámara de Comercio de Cúcuta premió el proyecto Metamorfosis, al considerarlo innovador.

Y es que Metamorfosis, es un proyecto de innovación en el modelo de negocios y consiste en la transformación del grupo de jóvenes enamorados de la lectura a una empresa constituida, una fundación que transformará en servicio cada una de las actividades de hoy.

“Es un cambio radical, que seguramente sin el apoyo de la Cámara de Comercio de Cúcuta, el Centro de Innovación y Colciencias hubiese sido muy duro para nosotros, porque somos jóvenes”, contó Moreno.

Además, aseguró que no habían encontrado el apoyo necesario para consolidar la fundación. “Estamos agradecidos, porque lo que hicimos como jóvenes independientes ahora lo realizaremos como entidad”.