El fin de semana de celebración debió ser el el salvavidas para los empresarios y dueños de restaurantes quienes esperaban aliviar la crisis derivada de la falta de visitantes, con ocasión del cierre del puente Mariano Ospina.

Sin embargo, la expectativa quedó a medias, pues los balnearios no coparon su capacidad y tampoco fueron masivos los tradicionales baños en el río.

José Villamil, propietario del restaurante Cachamay (vía Ocaña), declaró que las pérdidas desde que se inició el cierre del puente, el pasado 15 de mayo, alcanzan 95 por ciento.

“Llevamos dos semanas trabajando a quiebra”, afirmó. “El personal que teníamos, tuvimos que despedirlo en un 80 por ciento”.

En el sitio se maneja un promedio de 40 empleados, y el domingo laboraron poco más de 10, debido a la ocasión.

“Estuvimos a un 50 por ciento, que es bueno, pero no es lo habitual”, dijo. “A pesar de que el turista tiene que dar una vuelta larga para llegar, les agradecemos a los clientes andar esos nueve kilómetros completamente destapados”.

Sin embargo, aseveró que si el cierre completa los dos meses, va a ser caótico para el sector, y aunque espera que cuando se reanude el paso se logre recuperar la economía, indicó que no se le escapan las ganas de “darle un jalón de orejas a San Simón”.

El motivo: el incumplimiento de un anuncia hecho por la Concesionaria San Simón, sobre la posibilidad de trabajar las 24 horas, para acelerar las obras.

Aún hay entusiasmo

Alberto Correa, dueño del restaurante Charco Azul (San Cayetano), se mostró resignado pero también dispuesto a dejar de quejarse por una situación que está obligado a afrontar.

“En este momento estamos enfocados a llamar a la gente para que disfrute lo que se ofrece, y resaltar la importancia de estos sitios, como punto de desahogo de la ciudad”, dijo.

Para ello, está usando las redes sociales, con las cuales espera “cambiar la apatía” de algunos viajeros que evitan las rutas alternas.

Aunque reconoce que el decrecimiento ha sido de casi el 85 por ciento, su expectativa es que las obras culminen antes, “para alcanzar, al menos, los dos últimos puentes de junio”.

No todo es malo

Algunos empresarios de El Zulia y San Cayetano, destacan la organización del transporte público, especialmente en los transbordos. Estos, ha posicionado a las empresas de transporte, que salen cada tres minutos, con cupos llenos.

Aunque la vía Urimaco-San Cayetano es la más usada, la ruta Carmen de Tonchalá-San Cayetano es catalogada como de mayor favorabilidad para vehículos pequeños. Los conductores reportan tiempos por esta vía de 30 a 40 minutos para transitar.

En general, se afirma que la seguridad es favorable y los empresarios no han recibido información de incidentes graves.

Pobladores y empresarios de las zonas afectadas por el cierre esperan que la Gobernación tenga un plan especial para impulsar el turismo, después del cierre.