La bibliocasa Enseñando a Compartir, fundada en 2011 por  Maritza Angulo y su esposo Freddy Maldonado, en Juana Rangel de Cuéllar, seguirá prestando sus servicios a la comunidad.

La buena nueva la dio Maldonado, quién pese a que hace un par de días perdió a su esposa, está dispuesto a seguir con esta loable labor en su memoria.

Aunque por estos días las mesas y las sillas están recogidas y los libros están sin uso, en los próximos días la bibliocasa volverá a recibir a decenas de niños que allí han encontrado un espacio para leer, hacer tareas y divertirse.

Maldonado aseguró que hace unos días recibió una visita de funcionarios de la Red Municipal de Bibliotecas, quienes están dispuestos a ayudarle para que sigan con su labor.

La bibliocasa que empezó en un pequeño rancho, y luego ocupó toda la casa de los Maldonado Angulo, se convirtió en uno de los referentes del barrio y en el sitio preferido de los niños, que no paran de preguntar cuando se reanudarán las asesorías, esta vez con Maldonado a la cabeza.

Aunque la profe Maritza, como era conocida Angulo en el barrio, ya no está, su legado sigue en las estanterías y en los libros que les leía a los más pequeños.

Maldonado aspira de la mano de sus hijos a seguir en pie con este proyecto que beneficia a cientos de niños pobres de la comuna 8, los mismos que ante un eventual cierre de la bibliocasa se hubieran quedado sin un sitio donde reunirse para hacer sus tareas y leer un par de cuentos.

Los vecinos de los Maldonado son los que están más contentos con esta noticia, pues sienten que la bibliocasa es un sitio emblemático del barrio que les presta un servicio invaluable a sus hijos.

Por ahora, la familia seguirá trabajando por sacar adelante este proyecto y poderle brindar un mejor espacio a los niños más necesitados.