Una deuda de 3.100 millones de pesos tiene en alerta a la ESE Regional Norte (Tibú), pues se teme que si las EPS no pagan la millonaria suma, la red de salud colapsará.

Así lo dio a conocer la gerente de la ESE, Maribel Trujillo, quien expresó que entre sus principales deudores están Saludcoop, con $1.600 millones, y en iguales circunstancias se encuentra Cafesalud.

“Estos temas ya se llevaron al ministerio de Salud para que los evalúe y nos dé una respuesta”, dijo. “Nos preocupa que con Cafesalud también hay deuda y la cartera, con corte a febrero de este año, suma $314 millones”.

Adicionalmente, señaló que la EPS Comparta es otra de las deudoras, con mil millones de pesos, y no es este su único inconveniente.

“Comparta nos quiere contratar sobre un valor menor al del costo mensual del usuario pero no se puede, por una resolución del ministerio, que así lo indica”, agregó. “Ya nos reunimos con los alcaldes de los cinco municipios, personeros, y delegados de la EPS pero no hubo ningún acuerdo”.

Según Trujillo, actualmente no se tiene contrato con esta entidad y aunque se había decidido no volver a prestar servicios, la determinación fue insostenible “porque primero están los pacientes”.

Por ello, se volvió a abrir la atención, pero hasta la fecha la situación no se ha resuelto, “y el problema es que esto viene desde el año pasado”.

La gerente también dijo que Comparta tiene sede en Santander pero carece de un gerente en propiedad desde hace 8 meses, razón por la que no hay quién atienda y tome decisiones sobre las inquietudes.

“Insisten en que deben reajustar los valores, que están intervenidos, y siguen buscando mil y una excusas”, afirmó la funcionaria. “Esto no ocurre únicamente con Tibú, sino también con las ESE de Chinácota, Centro, entre otras”.

Más deudas

Adicionalmente, se conoció que a los médicos de Cafesalud les adeudan salarios desde diciembre del 2016, y a quienes les han abonado, no reciben su sueldo completo.

“Dicen que no tienen materiales de trabajo y debido a esa situación los usuarios piden citas que se pueden demorar más de un mes”, agregó. 

Mientras, el hospital de Tibú es receptor de las quejas y de decenas de usuarios que acuden al servicio de urgencias, sin resultado.

“Infortunadamente, los pacientes creen que el hospital tiene la obligación de atender, pero eso solo ocurre con las urgencias iniciales, y con el régimen subsidiado, el cual no tiene ningún inconveniente porque para ellos sí somos su Ips”.

Y los venezolanos...

Según la ESE, a los problemas locales se suma la atención de pacientes venezolanos, por la cual ya les deben $190 millones.

“Nos dijeron que iban a asignar recursos para pagar esas atenciones pero aún no ha salido la resolución”, comentó.

Además, los recursos que llegarían no podrán usarse en el pago de la deuda, sino que “serían para atender la emergencia que pudiera generar la llegada masiva de venezolanos, pero no para las atenciones diarias como controles prenatales, leishmaniasis, o los exámenes de control para las trabajadoras sexuales”.

También mencionó que ahora los pacientes venezolanos están instaurando tutelas porque no se prestan servicios, y con los jueces fallando en favor de los extranjeros, “es una defensa más que tenemos que asumir”.

De hecho, esta semana se recibió una tutela de Puerto Santander de un colombiano cuya esposa embarazada y venezolana exige atención, pero la instrucción que tiene el hospital es atender únicamente urgencias.