Fuerzas oficialistas sirias cañonearon el domingo una aldea en una zona cerca de Damasco controlada por los rebeldes, matando a por lo menos 12 civiles e hiriendo a varios más que habían tomado refugio en una sala de festejos.

La violencia en el Valle Barada, que ha ardido desde el 22 de diciembre, ha afectado la frágil tregua y ha restringido el suministro de agua a la capital. A pesar de un acuerdo para permitir la entrada de cuadrillas de mantenimiento para reparar el acueducto, la violencia continúa, y unos 100.000 habitantes han quedado atrapados.

El domingo, fue cañoneado el salón de festejos de al-Rim en la aldea de Deir Qanun en el valle, en que cientos de civiles se han refugiado de la violencia. El Centro de Prensa de Wadi Barada dijo que 12 personas murieron y más de 20 resultaron heridas. El grupo colocó en internet fotos del salón de festejos, salpicado de sangre y con muertos por doquier, algunos desmembrados.

Fuad Abu Hattab, un habitante exiliado del Valle Barada y activista del grupo, dijo que no les es posible a los cuerpos de rescate trasladarse a la zona debido a la violencia, y que es poco probable que los heridos estén siendo atendidos.

Abu Hattab dijo que el centro se ha convertido en refugio para muchos civiles que huyen de la violencia en el valle y otras zonas de la periferia de Damasco. 

El salón de festejos contiene una zona para bodas, un restaurante y varias otras habitaciones. Hasta ahora no había sido afectado por la violencia, dijo Abu Hattab.

La Defensa Civil Siria coincidió en que fueron 12 los muertos, y que la artillería hizo blanco en un centro para gente desplazada. 
 
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo con sede en Gran Bretaña, dijo que fueron siete los muertos pero que esa cifra probablemente aumentará ya que muchos de los heridos estaban graves.
 
Los combates han arreciado en ese valle, desde donde proviene buena parte del suministro de agua para la capital. En días recientes las fuerzas oficialistas han avanzado en el valle pese al diálogo para poner fin a la violencia.

El grupo guerrillero libanés Jezbolá, que apoya al régimen sirio, dijo que fuerzas oficialistas tomaron una colina adyacente al acueducto el domingo.