Las sospechas de que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) de Cúcuta no comenzará al mismo tiempo que el calendario académico del sector público, fueron confirmadas al conocerse en la Alcaldía que aún no se da inicio a un nuevo proceso de licitación.

El primer proceso licitatorio fue declarado desierto tras no reunirse, según la Alcaldía, los requisitos por los oferentes.

Según la Alcaldía, ni la unión temporal Oriente Cúcuta, ni la unión temporal Liber Semfe 2017, los proponentes, cumplieron con las especificaciones para reemplazar a unión temporal Dadle Vosotros de Comer, que operó en el 2016, integrada por la Corporación de Servicio Pastoral Social de la Diócesis de Cúcuta (Cospas) y la Corporación Social y Educativa Paz y Futuro y que prestaron el servicio para 58 mil 021 estudiantes.

Sin los requisitos

Las dos propuestas fueron objeto de verificación de condiciones de habilitación por un comité de evaluación que dispuso la secretaría de Bienestar Social, y después de hacer el análisis, se determinó que ninguna de las dos propuestas cumple con la habilidad de capacidad instalada, es decir, con bodegas que cumplan con las condiciones sanitarias requeridas en los lineamientos del ministerio de Educación.

Este miércoles, La Opinión conoció de buena fuente que al declararse desierta la licitación aún la Alcaldía está en los términos de ley  para atender recursos u observaciones al proceso.

Esto quiere decir que un nuevo proceso licitatorio, el cual este año deberá ser administrado y supervisado por la Secretaría de Educación y no por Bienestar Social, aún no se inicia y ello confirma las sospechas de las veedurías ciudadanas y voceros de los papás en torno a que en la presente vigencia el programa sufriría retrasos.

Según Orlando Rolón, presidente de la Veeduría Luis Santiago, los niños dejarán de recibir el complemento alimentario por lo menos durante dos meses, mientras la Alcaldía abre una nueva convocatoria para adjudicar la licitación, lo cual también fue confirmado ayer por la entidad municipal.

Rolón alertó a los órganos de control para que estén muy vigilantes en este nuevo proceso y se evite que el PAE se haga por contratación directa, “como ha ocurrido en los últimos años”.

Para Clemente Fernández, veedor ciudadano, esto se veía venir, por cuanto no hay una política pública que propenda por el bienestar de los escolares cucuteños.

La Alcaldía mencionó que una reciente resolución del ministerio de Educación, emitida el 30 de diciembre, obliga a hacer cambios en los lineamientos técnicos, financieros y jurídicos, y ello se aprovechará en la nueva convocatoria, para llevarlos a la práctica.

El programa debe dar prioridad a las poblaciones discapacitada y a las víctimas de la guerra, pero las mismas deben estar inscritas en la matrícula oficial del sector público.

Para el PAE 2017 se requiere de un presupuesto cercano a los 19 mil millones de pesos, de los cuales unos tres mil quinientos millones aportará el municipio, y el resto, el ministerio de Educación.

La cobertura del presente año será la misma que se atendió el año pasado: un poco más de 58 mil estudiantes.

Niños pobres, afectados

Para los papás cucuteños, la demora que sufrirá este año el PAE no tiene explicación válida alguna.

Para el presidente de la Asociación de Padres de Familia (Asopadres), Eduardo Parra, con la desorganización lo que se está atentando es contra los niños más pobres de Cúcuta.

“Muchas veces, se insistió ante la Alcaldía en que debía iniciarse el programa a la par con el calendario académico, para no perjudicar a los niños, pero se hizo caso omiso a los llamados de los papás”, dijo Parra.

Otros progenitores señalaron que lo que persigue la Alcaldía con esta demora es entregar el contrato de manera directa, para esquivar la licitación, con el argumento de que Cúcuta requiere prioridad para este programa por ser zona de frontera y porque hay muchos niños de familias desplazadas.