Las pruebas presentadas por la Fiscalía en contra de William Cardozo Montañez fueron contundentes para demostrar su responsabilidad en el asesinato de su esposa Ana Jackeline García Escobar. Este lunes, el Juzgado Promiscuo de Los Patios lo condenó a 37 años de prisión.

Los hechos se remontan a la mañana del 6 de febrero de 2014 cuando Ana Jackeline fue hallada estrangulada en una habitación de su vivienda, en el conjunto residencial Lomita Nueva, por la vía antigua a Boconó, casa 36.

La mujer estaba arrodillada, recostada contra la cama, atada de manos y con el rostro cubierto con papel transparente plástico para envolver alimentos.

Desde entonces, un grupo especializado de la Fiscalía asumió las indagaciones, que desde el comienzo no concordaban con la versión entregada por Cardozo. El hombre aseguró que la muerte de Ana Jackeline había sido producto de un asalto dentro de la casa, argumentando que a ella supuestamente le robaron $22 millones y un celular, antes de asesinarla.

Para corroborar dicha versión, las autoridades realizaron interceptaciones telefónicas y empezaron revisando minuciosamente las cámaras de seguridad del conjunto residencial, llevándose una gran sorpresa. Ninguna persona diferente a William Cardozo entró o salió de la casa y ningún vecino, celador o trabajador en el conjunto notó algo extraño.

Según el registro expuesto por el ente investigador, a las 6:34 de la mañana Ana Jackeline salió de su vivienda en un Jepp Cherokee a dejar a sus dos hijos al colegio y pasó al  gimnasio. Regresó a las 7:21 a.m.

Luego, a las 8:19 de la mañana, su esposo salió en una camioneta Ford Raptor y volvió a las 9:01 a.m. A las 9:13 de la mañana, el hombre salió nuevamente y regresó a las 9:39 a.m.

Tras permanecer una hora y 55 minutos dentro de la casa, William Cardozo volvió a partir a las 11:34 de la mañana.

Según el reporte de la necropsia entregado por el Instituto de Medicina Legal, la muerte de la mujer se produjo entre las 10:00 a.m. y 12:00 del mediodía.

Dudas

Los investigadores notaron que las cerraduras o ventanas no estaban forzadas, ninguna pared (protegidas con cerca eléctrica) tenía huellas de escalada y no había muestras de arrastre o de defensa por parte de la víctima. De haberse tratado de un hurto, los ladrones no habrían dejado buena parte de los elementos de valor que estaban distribuidos por toda la casa y eran fáciles de empacar.

Razón por la cual, los investigadores empezaron a sospechar del esposo de la mujer.

William Cardozo aseguró a las autoridades que en el momento del crimen él estaba en su  finca, en el corregimiento de Aguaclara, y que al enterarse de que su esposa no fue a recoger a sus hijos comenzó a llamarla para saber qué había pasado, pero ella nunca respondió.  

Por eso, -dijo- llamó al vigilante del conjunto (1:30 de la tarde) para que fuera a verificar la situación. Según el testimonio del celador, luego de llamarla a gritos decidió entrar y la encontró muerta en una de las habitaciones, entonces procedió a informar lo acontecido a las autoridades.

El plástico  

Otra de las pruebas analizadas detalladamente por la Fiscalía, fue el papel plástico de cocina utilizado para envolver el rostro de la víctima.

La empleada de la familia, que el día de los hechos estaba de permiso, afirmó que el plástico era guardado en la cocina, pero por coincidencia desapareció el día de los hechos, sin que el victimario lo hubiera buscado en otro lugar diferente, ya que las demás gavetas estaban en orden.

Por ello, un año después, la Fiscalía emitió la orden de captura en contra de William Cardozo, de 48 años, natural de Puerto Carreño (Vichada), quien fue detenido en el mismo conjunto residencial y presentado ante el Juzgado Promiscuo Municipal de San Cayetano. La Fiscalía le imputó el delito de homicidio agravado.

Hechos relevantes

El Juzgado Promiscuo de Los Patios expuso algunos de los puntos que resultaron relevantes para dictar sentencia condenatoria en contra de William Cardozo.

Entre ellos, que es claro que el hombre estuvo presente el día de los hechos en la casa con su esposa (como lo prueban las cámaras de seguridad) y mostró una actitud sospechosa al dirigirse precisamente ese día hacia su finca, cuando no la visitaba con frecuencia por razones de seguridad.

Además, mostró poco dolor ante la muerte de Ana Jackeline y tiempo después emprendió un viaje a Walt Disney World con sus hijos; en Estados Unidos, además, adquirió un apartamento y aparentemente pretendía radicarse allí.

Adicional a ello, la Fiscalía demostró que Ana Jackeline no tenía el dinero que supuestamente le robaron antes de matarla; por el contrario, días atrás había empeñado una joya de oro, en vista de que su esposo no le permitía trabajar. También, que la relación se encontraba deteriorada y ella pensaba dejarlo.

William Cardozo fue sentenciado a purgar la pena impuesta en prisión y privado por 15 años de la patria potestad de sus hijos.

La abogada del condenado apeló la decisión y corresponderá, en segunda instancia, resolver al Tribunal Superior de Cúcuta si ratifica, modifica o rechaza este fallo judicial.