Yoly Katherine Galvis, la joven cucuteña  que pese a su timidez logró dar lo mejor de sí y dejó claro que está hecha para grandes cosas.

Ver de frente a Yoly inspira ternura, su sonrisa cautiva y escucharla hablar embelesa. Muestra ser introvertida, pero darle la confianza con un hola rompe cualquier barrera.

Desde muy pequeña pasaba gran parte de su tiempo viendo televisión, pero no eran programas infantiles, ni series lo que veía, lo que la atrapaba era  la orquesta sinfónica que pasaban por el canal Colombia.

Desde ese momento se inclinó por las melodías, por las líricas e instrumentos. Le pidió a su mamá que la dejara tomar clases de piano y  sin dudarlo aceptó complacerla, porque estaba segura  de su talento.

Pero no fue solo su mamá quien descubrió su aptitud para el canto. Los profesores del colegio Salesiano, donde se graduó, también fueron partícipes de este proceso musical. 

Su voz se destacaba entre las demás. Llegó a participar en varios concursos musicales en el colegio. “El concurso que tengo muy presente fue el de canto solita vocal popular, y canción del paz 2015, donde muchos salesianos mandan una canción para que sea el tema en el festival artístico. En ese concurso gané”.

Al graduarse entró a estudiar música en la Universidad Autónoma en Bucaramanga, pero por problemas financieros tuvo que aplazar el semestre. Toma este tiempo como un año sabático, porque el otro año desea  retomar su carrera, pero esta vez en la Universidad de Pamplona.

La niñez de Yoly no fue tan color de rosa. Sufrió de bullying en el colegio, causándole problemas directos en su seguridad. 

Su autoestima la estaba perdiendo a tal punto que cada cosa que hacía pensaba que estaba mal, pero gracias al apoyo que ha recibido por parte de su familia poco a poco superó el problema del matoneo.

Giro de 180 grados

La vida de Yoly dio un cambio drástico, y una amiga fue la ‘pieza clave’ para que decidiera tomar el reto de presentarse en el concurso ‘La Voz Teens’. Es consciente que ella está abierta a cualquier ritmo, desde una balada hasta una ranchera. “Aún no he descubierto mi género, pero lo que sí sé es que me gusta lo bailable y el rock-pop”.

Sus familiares y amigos la motivaron para que hiciera el mejor video, entre más de 10.000 personas ella quedó seleccionada para pasar a un segundo filtro. Viajó a Bucaramanga para presentar una audición con personas de producción del canal.

Todo iba marchando a la perfección. En Bucaramanga dio su mejor actuación y pasó directo a Bogotá para presentar la audición a ciegas frente  a Gusi, Andrés Cepeda y Goyo.

Con todo el sabor nortesantandereano y dejando la timidez a un lado salió a lucirse en la audición, puso a bailar a los jurados con la canción la “La Guacherna”, un ritmo alegre que le dio la bienvenida a formar parte del equipo del cantante Gusi.

Demostró que después de sufrir de matoneo es ahora una mujer segura de sí misma, que la timidez quedó a un lado, que   estar en un escenario ante tantas personas la llena de vida. Venció sus miedos y es una persona feliz y decidida.

“Tengo claro que todo es un proceso, la audición a ciegas me la disfruté y cada momento en el concurso. El apoyo que me brindaron fue muy grande e hicieron de mí alguien más seguro”.

Su camino en ‘La Voz Teens’ finalizó en las batallas, pero para ella esto es apenas el comienzo de una carrera musical que piensa construir día a día con el apoyo de sus seres queridos.

Como proyectos está componer canciones, hacer presentaciones y subir  covers a su canal en YouTube. 

Tiene una meta trazada que es la de sacar su primer disco. Y quiere dejarle un mensaje a todas las personas que le hicieron matoneo: “Que si todos fuéramos iguales el mundo sería aburrido”.