El jefe de Gabinete de Brasil, Eliseu Padilha, se reunió este lunes con representantes de las fuerzas armadas, del Ministerio de Justicia y de Cancillería para analizar un aumento del ingreso por la frontera norte, de venezolanos que buscan escapar de la crisis económica en su país.

Pese a que el fenómeno es aún incipiente, el flujo saltó de un solo pedido de refugio en 2010 a los 1.805 contabilizados este año, según datos del Ministerio de Justicia recolectados en el estado de Roraima.

La proximidad y las vías de acceso terrestre favorecen el tránsito de personas, muchas de las cuales solo llegan a Brasil “a buscar productos y luego vuelven”, según el ministerio.

Sin embargo, otros deciden permanecer y buscan empleos o realizan trabajos informales.

La semana pasada, el gobierno envió una misión a Roraima, de la que se concluyó que hay un creciente número de venezolanos que solicitan asilo.

También, se señaló que la situación no se restringe al refugio, sino que está ligada a una ola migratoria de tipo económico.