La noticia le dio un giro a las emociones de Colombia.
El Nobel de Paz: la sorpresa que trajo nuevamente esperanza a la Casa de Nariño
Durante los últimos días los colombianos han estado en una montaña rusa de emociones, pero lo que más se había descartado era que esta semana, luego de la pérdida del plebiscito, terminará con el premio Nobel de Paz para el presidente Juan Manuel Santos.
La noticia fue toda una sorpresa, pues el presidente ya había descartado esa posibilidad antes del domingo y sobre el tema no se había hablado en los últimos días.
El mandatario, sin embargo, fue despertado pasadas las 4:00 de la mañana, hora Colombia, por Martín, su hijo, quien recibió la llamada de la excandidata presidencial y víctima de las FARC Ingrid Betancourt, para darle la buena nueva.
“No tenía la más remota idea de que iba a suceder. Esta mañana me llamó mi hijo: ‘¡papá, papá!’, entonces yo me pegué un susto -se ríe-, pensé que había pasado algo y me dio la noticia que a todos nos alegra”, dijo el mandatario.
A partir de ese momento todos los funcionarios de la Casa de Nariño fueron citados, en especial el equipo de prensa, que tuvo que estar presente desde las 6:00 de la mañana para registrar las reacciones de Colombia y el mundo ante la distinción que logró el mandatario de los colombianos.
La primera reacción del nuevo premio Nobel que se conoció fue por medio de una entrevista que le hizo el mismo comité Noruega una hora y media después del anuncio, a quienes desde el principio dijo que es un reconocimiento para todo el país.
“Muchas gracias, muchas gracias, recibo este premio con mucha emoción, esto es un galardón para todo el pueblo de mi país, toda la gente que ha sufrido con esta guerra, todas las víctimas. Esto es un gran reconocimiento para Colombia y con toda humildad lo recibo, estoy muy agradecido”, dijo.
Horas después, a las 7:15 de la mañana, el mandatario dio su declaración oficial invitando a los colombianos a que se luche por la paz del país.
“Agradezco infinitamente y de todo corazón esta honrosa distinción. La recibo no a nombre mío, sino a nombre de todos los colombianos, en especial a nombre de las millones de víctimas que ha dejado este conflicto que hemos sufrido a lo largo de 50 años. Colombianos, este premio es de ustedes, es por las víctimas y para que no haya una sola víctimas más, un solo muerto más”.
“Los invito a todos para que unamos nuestras fuerzas, nuestras mentes, nuestros corazones en este gran propósito nacional, para que así logremos el más importante premio: la paz de Colombia”.
Mientras que decía esas palabras, su esposa, María Clemencia Rodríguez de Santos, lo acompañó como siempre, sonriente y vestida de blanco, y al final le dio un gran abrazo que fue registrado por las cámaras y se ha convertido en una de las fotos históricas de este 7 de octubre.
Claro, que al conocerse de la noticia no se encontraba con el mandatario, pues estaba en Anapoima y tuvo que devolverse a Bogotá en horas de la madrugada.
Después las felicitaciones: llamadas, comentarios en Twitter y una agenda que le favoreció, pues se reunió con los promotores del Sí y con los gobernadores.
Desde los diferentes sectores que apoyaron el proceso de paz, el mensaje fue el mismo: el premio es un reconocimiento para el presidente, pero un impulso más para alcanzar la paz. Y mientras tanto los gobernadores se declararon en sesión permanente para abordar y poder finiquitar el proceso.
Al ahora premio Nobel de Paz, lo llamó el expresidente Bill Clinton; el ministro de Relaciones Exterior de Reino Unido, Boris Johnson; el presidente de Argentina, Mauricio Macri; el presidente de Ecuador, Rafael Correa; la canciller de Alemania Angela Merkel; el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski; el expresidente Andrés Pastrana; el expresidente, César Gaviria; el expresidente Belisario Betancur; el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan, entre otros.
Además, en las horas de la tarde, y después de las felicitaciones de todos los sectores políticos, incluido el uribismo, el presidente quien no disimuló en ningún momento su cara de alegría y que fue reiterativo con seguir trabajando por la paz, saludó en la Plaza de Armas a miles de funcionarios públicos que una vez lo vieron entonaron el himno nacional.
“¡Sí se puede, sí se puede!”, también cantaron e hicieron lo posible por tomarse una foto con él, y con la primera dama que lo acompañó durante todo el día.
Al final, pasadas las 4:00 de la tarde, volvió la acostumbrada calma en la Casa de Nariño, pero con un ambiente más alegre y festivo.
El presidente y sus funcionarios, al igual que muchos colombianos, volvieron a sentir una fuerte esperanza para terminar el conflicto armado con las Farc y de paso con el Eln. Una esperanza sorpresiva, pues así como no se esperaba que el Gobierno perdiera el plebiscito, tampoco esperaba que el presidente fuera reconocido como el Premio Nobel de Paz de 2016.
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