El punto seis del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc incorporó un aparte que hace referencia al mecanismo de refrendación.

Aunque varios sectores han advertido que el presidente de la República no necesita acudir a este escenario para poner en marcha lo que se pacte en la mesa, Juan Manuel Santos insistió desde el principio en que serían los colombianos los encargados de aprobar o desaprobar lo acordado.

Fue así como las partes le abrieron paso a varias propuestas de refrendación, concluyendo finalmente que será un plebiscito la vía mediante la cual el pueblo dirá si está o no de acuerdo con el proceso de paz.

Ante el debate que se ha abierto en el país por cuenta de la consulta ciudadana, La Opinión presenta la forma en que otros procesos de paz en el mundo fueron legitimados.

Nicaragua: las elecciones fueron el camino

En 1979, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (Fsln) consolidó un proceso en Nicaragua que se conoció como la Revolución Popular Sandinista, la cual propició el derrocamiento de la familia Somoza, quien había impuesto una dictadura, afectando las libertades en ese país centroamericano. En su lugar, los sandinistas le dieron paso a un gobierno de izquierda, de tendencia socialista. Sin embargo, esa transición  fue recibida por una férrea oposición armada (Contras), que contó con el respaldo de los Estados Unidos, desatándose una profunda guerra civil. Como una forma de poner fin a esa confrontación que dejó miles de muertos, un grupo de presidentes, entre los que se incluyeron los de México, Colombia, Panamá y Venezuela  conformaron el llamado Grupo Contadora que se dedicó a promover la paz en Centroamérica.

Con ese propósito comenzaron a trabajar en el Acuerdo de Esquipulas, que terminó en 1990 con un proceso electoral, el cual permitió sentar nuevamente las bases de la democracia en Nicaragua. Durante esa contienda electoral en la que se enfrentaron el Fsln y la Unión Nacional Opositora (Uno), terminó vencedor este último, de tal forma que se le puso fin al periodo revolucionario.

Guatemala: una consulta que fracasó

Después de tres décadas de enfrentamiento armado entre el Gobierno de la República de Guatemala y las guerrillas que surgieron como respuesta a los gobiernos anticomunistas, el cual dejó un saldo de más de 200.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, pobreza extrema, violaciones a los derechos humanos y una insatisfacción generalizada, en 1996 el país centroamericano fue testigo de un histórico acuerdo de paz con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca  (Urng). Los diálogos, que comenzaron en 1987 con el apoyo de las Naciones Unidas y la comunidad internacional, concluyeron con éxito el 29 de diciembre de 1996, después de un consenso entre las partes frente a los 12 puntos que contempló la agenda de negociación. 

Tres años después, en mayo de 1999, las reformas constitucionales que se pactaron como parte de los acuerdos fueron sometidas a una consulta popular en la que los guatemaltecos tenían que responder ‘Sí’ o ‘No’ a cuatro preguntas.

La demora en la refrendación se debió a diferencias entre el parlamento y la Corte Constitucional de ese país, puesto que mientras el primero pedía una sola pregunta, la segunda sugirió que fueran varias.

Al final, en medio de una seria agitación política por la que atravesó el país, la consulta fracasó y terminó imponiéndose el ‘No’, puesto que tan solo un 18% de los electores acudió a las urnas y la mayoría de ellos rechazó lo acordado.

Irlanda del Norte: el referendo avaló el fin del conflicto

El de Irlanda fue uno de los conflictos más largos y sangrientos del siglo XX. Tuvo su origen en diferencias religiosas entre católicos y protestantes. Aunque los antecedentes de esta confrontación se remontan a 1169, cuando surgen los primeros asentamientos de ingleses en la isla de Irlanda, esta guerra tuvo un punto de quiebre en 1916 con la creación del llamado Ejército Republicano Irlandés (Ira). Tras una serie de acontecimientos, en 1968 el conflicto adquirió una nueva dinámica en la que se acentuaron las disputas entre  unionistas (protestantes) y nacionalistas (católicos).

Tan solo en 1993 empezó a abrirse camino la posibilidad  de poner fin al enfrentamiento y después de varias treguas por parte del IRA, el 10 de abril de 1998 se firmó el Acuerdo de Viernes Santo, que incorporó el compromiso de paz entre los partidos, el establecimiento de una Asamblea Legislativa, el desarme de los grupos paramilitares y principios de soberanía, entre otros.

La aprobación popular de estos acuerdos de paz se dio vía referendo, para lo cual  se consultó, de una parte a los habitantes de Irlanda del Norte, quienes en un 71% dijeron ‘Sí’. En la República de Irlanda, la participación fue un poco más baja, pero casi la totalidad de los votantes (94%) apoyó el acuerdo y la necesidad de reformar la Constitución para implementar lo pactado.

Filipinas: la autonomía mediante un plebiscito

Uno de los procesos de paz que concluyó recientemente con éxito es el de Filipinas. En 1969, el Gobierno de ese país comenzó un enfrentamiento armado con varios grupos insurgentes entre los que se incluían el Frente Moro de Liberación Nacional, el Frente Islámico Moro de Liberación Nacional y Abu Sayyaf. Las causas de la disputa eran básicamente ideológicas y políticas, toda vez que los grupos insurgentes exigían la independencia de varias zonas del sur de Filipinas, en especial una llamada Mindanao, caracterizada por su riqueza mineral y agrícola. 

El resultado de esta confrontación se estima en por lo menos 120.000 muertos y un desplazamiento del 70 por ciento de la población. Aunque en 1996 el Frente Moro firmó un acuerdo de paz con el gobierno filipino, fue solo hasta 2001 que se inició una negociación mucho más amplia. Después de varios tropiezos, tensiones y rompimientos, en 2012 se firmó un acuerdo de paz preliminar con el Frente Islámico Moro de Liberación Nacional  y en marzo de 2014 se selló un pacto definitivo.

Para la legitimación de lo acordado por las partes se contempló un plebiscito como mecanismo de refrendación. Mediante este se aprobó el Estatuto de Autonomía de la región, avalado previamente por el Congreso.

Otros casos

El Salvador 

El Acuerdo de Paz de Chapultepec entre el Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (Fmln), que le puso fin a más de 10 años de guerra, no incorporó propiamente un mecanismo de refrendación popular. 

Lo establecido en la negociación se materializó en una serie de reformas a la Constitución en materia política, de seguridad, judicial, económica, entre otras.

Sudáfrica

Uno de los procesos de paz más emblemáticos del mundo incorporó la participación de la sociedad desde el mismo momento de la negociación. En el Acuerdo Nacional de Paz que le puso fin al Apartheid se incluyó una Comisión Nacional y unas estructuras regionales y locales. Entre tanto, una de las primeras pruebas de legitimación del Acuerdo fueron las elecciones de 1994 en las que se produjo un gobierno interino que se compartió el poder y que negoció una nueva Constitución.

La Opinión