Son los gestores de paz y convivencia más fuertes del territorio.
Pacelli: el pueblo adelantado al proceso de paz
Algo distinto tienen los habitantes de Pacelli. Son líderes únicos, catalogados como ejemplo para otros pobladores de Catatumbo.
Por ese ingrediente particular tienen un territorio libre de grupos armados, legales e ilegales; son autónomos y viven en paz.
Según Ómar Sánchez, obispo católico de Tibú, el de Pacelli es “un componente humano diferente”, y seguramente lo es porque no es fácil, según dice, encontrar liderazgos como los que nacen allí.
Son su propia autoridad civil, y hasta de tránsito; separan riñas, organizan bazares, no permiten que en su territorio haya personas armadas, y determinaron que el límite de velocidad para andar por el casco urbano es de 20 kilómetros por hora, para evitar accidentes.
Son los gestores de paz y convivencia más fuertes del territorio, y su organización y palabra se cumplen al punto que hoy tienen listo un plan de desarrollo integral sostenible que le prometieron al presidente Juan Manuel Santos —y a sí mismos— en abril de 2012.
Para la época, cuando Santos los visitó luego de una terrible avalancha que dejó más de 200 damnificados, el obispo les insistió en que no pidieran cien metros de carretera, o un puente, sino que trascendieran y exigieran beneficios para todo el pueblo, pues ya conocía sus capacidades para hacerse a un futuro.
El primer y único presidente que llegó a ese territorio, a siete horas de Cúcuta viajando por tierra, los escuchó y avaló la idea de Alfredo Rodríguez, presidente de Asojuntas, para que la comunidad pacelense elaborara un proyecto de desarrollo integral.
Desde entonces, el trabajo fue imparable. La diócesis católica, Fundescat, la Alcaldía y la Gobernación (como cooperantes); la OEA, el Pnud, y la Embajada Alemana (como observadores internacionales), acordaron asesorar a la comunidad para construir el plan.
Durante estos años, la comunidad se organizó, uniéndose por grupos de cacaoteros, ganaderos y jóvenes, entre otros, para acercarse a la meta cuya fase más relevante culminó ayer, al constituirse la Corporación Pacelli Nuestra, con unos 610 afiliados, inicialmente.
Jairo Balaguera, corregidor del pueblo, asegura que la unidad de los líderes de Pacelli siempre ha existido y ha tenido un objetivo muy simple: mejorar la convivencia.
“Hace años había muchos accidentes de tránsito”, cuenta. “Un día, la gente decidió reducir la velocidad, multar a los que incumplieran y exigir que no fueran más de tres personas en las motos”.
Así se fortaleció la organización, con un comité de veeduría compuesto por la misma gente, el cual se encarga de aplicar las normas que determina el pueblo.
“Tenemos horario estricto de cierre de los establecimientos, no hay riñas y con lo que se recoge tanto de ferias como de multas se invierte en la infraestructura”, afirma Balaguera.
El matadero, la remodelación de la parroquia y la construcción del coliseo fueron cofinanciados por los pacelenses que, para este año, prevén inversiones en las vías terciarias.
También, gestionaron la instalación de una antena de telefonía celular, porque en la zona es imposible hacer una llamada, y están adecuando otro proyecto para reforestar el río.
“Agua y vías; eso es lo que necesitamos”, dice Balaguera, mientras admira el resultado de la unificación de voluntades en este sitio que nunca se compenetró con las guerrillas.
“Lo que yo he escuchado siempre de su filosofía es que no van a organizar donde ya está organizado”, afirma. “Ellos nos han respetado”.
El sacerdote José Trino Rodríguez afirma que Pacelli es “un rincón aparte del Catatumbo”, pese a que sí tiene recuerdos de la violencia, pero no por incursiones guerrilleras —de las que no hay memoria— sino de paramilitares.
Sin embargo, como dice el presidente de Asojuntas, “Pacelli fue como un náufrago que un día levantó la mano y pidió auxilio”, y lo obtuvo, con la fe de la comunidad y la voluntad de cambio de la población.
Lo que es y lo que no
Aunque Pacelli es uno de los lugares menos impactados por la ‘cultura cocalera’, la presencia del cultivo es innegable.
Si bien la meta del plan de desarrollo es encaminarse a una economía lícita, no es un plan de erradicación forzosa de la coca, y tampoco un programa que beneficie solo a los cultivadores.
El mejoramiento de la calidad de vida deberá ser para toda la comunidad, con siete grandes proyectos:
* Gestión para la titulación y formalización para la tenencia de la tierra.
* Construcción de vías terciarias.
* Electrificación rural.
* Centro experimental de investigación, validación y transferencia tecnológica.
* Creación y fortalecimiento de microempresas locales.
* Ampliación y mejoramiento de vivienda rural.
* Y la creación de la Corporación para que se gestione el plan de desarrollo, el cual deberá llegar a manos de Santos para que se financie y el pueblo, por fin, haga realidad sus propuestas.
La Opinión
Ayúdanos a seguir haciendo periodismo de calidad
Contribuye aquíComentarios
+ NOTAS
Duque sostuvo encuentro con Lenín Moreno en la frontera
El mandatario sostuvo conversaciones con Lenín Moreno sobre diferentes temas.
Antes de morir, Ana Benilda Becerra salvó a sus vecinos
Un cortocircuito provocó la tragedia en el barrio La Castellana.
La avenida del Río será más deportiva y familiar
El centro de pensamiento del Área Metropolitana tiene unos 61 proyectos estructurados para Cúcuta.
COVID-19, en aumento en la región de Pamplona
Se conocen casos de gente de los municipios de la provincia y de Toledo que llegan a la región a hacerse la prueba de coronavirus.
La delegación regional que estará en la Vuelta al Táchira 2021
Tres equipos representarán a Norte en la edición 56 de esta clásica del continente.
La muerte sigue rondando por La Parada
Jonathan José Seijas llegó hace unos meses a La Parada a trabajar pasando gente y mercancía por las trochas.
Desde hoy, alcaldía empieza a expedir paz y salvo de predial
La Secretaría de Hacienda informó que en esta oportunidad el documento se entregará mucho más pronto que años anteriores.
Tercer toque de queda se cumplió dentro de lo presupuestado
En total fueron impuestos 843 órdenes de comparendo en la ciudad y el área metropolitana.
La pandemia obliga a postergar los retiros espirituales
“No existen condiciones para el encuentro", Jairo López, presbítero de la catedral de Santa Ana.