Los pamploneses y residentes en los municipios de la Provincia se sienten orgullos cuando recuerdan  que pasaron por el lente de Tolosa, como se le conoce al fotógrafo Pedro Armando.

En sus más de 70 años enfocando, revelando y dando retoques, logró plasmar momentos inolvidables. Al igual que sitios, paisajes, acontecimientos célebres, rostros de niños, jóvenes, adultos de diferentes culturas, color, creencias y estratos sociales.

Durante ese tiempo no perdió vigencia y siempre estuvo de moda cuando se trataba de una buena foto, sobre todo de calidad y que perdurara en el tiempo.

Así, se aprecian los retratos del destacado pamplonés, expuestos desde hoy en el Museo de Arte Moderno Ramírez Villamizar.

El director del Museo, Juan Manuel Ramírez Pérez, explicó que en desarrollo del proyecto Pegaso Museo Alado, concertado con el Ministerio de Cultura y apoyado por la Universidad de Pamplona, buscan destacar las obras de los artistas regionales.

Ramírez expresó que es por eso que en esta ocasión le rinden homenaje a Tolosa, quien con su cámara de fotografía registró cada uno de los momentos y acontecimientos sucedidos en los últimos 70 años en Pamplona.

“Hemos logrado escoger 250 fotografías que constituyen un valioso aporte para la historia y cultura de Pamplona”, aseguró.

La vida

Pedro Armando Tolosa nació el 7 de julio de 1929, en una vivienda del barrio El Camellón, del matrimonio formado por Pedro Antonio Tolosa, también reconocido fotógrafo, y Rosa María Vergel.

En 1935, a los seis años, inició estudios en la Escuela Modelo, donde hizo hasta quinto de primaria. A partir de ahí se dedicó a acompañar y ayudar al papá en el laboratorio en donde revelaba las fotografías.

Después de una serie de acontecimientos familiares asume la responsabilidad del hogar y la educación de sus hermanos menores. Tiene como base de su trabajo la fotografía.

Durante los años de ejercicio profesional lo caracterizó el contraste de luces y sombras utilizando el retoque de los negativos, que aprendió de su padre. Su técnica consistía en dibujar a lápiz sobre ellas a fin de resaltar las imágenes para después plasmarlas o fijarlas en el papel, logrando mejores resultados.

Hizo retratos a color, trabajó netamente lo artístico, la fotografía en tonos sepia. Este proceso tuvo gran auge entre 1950-1960. Armando Tolosa colgó la cámara en 2005. Actualmente, con 88 años vive en Cúcuta con sus parientes.

La Opinión