Orlando Osuna, de 27 años, no se detiene un instante en su tarea de curar perros y gatos callejeros. Los últimos 17 años de su vida los ha dedicado solo a eso, a pesar de que es dactiloscopista y abogado reconocido.

Hay una fuerza interior que lo induce a cumplir con esta misión que heredó de su familia boyacense. Desde muy niño —recuerda— despertó en él ese amor desinteresado por los animales.

Cuenta que a diario llegaba con un perro a casa de sus padres. Lo encontraba abandonado en la calle y pensaba de inmediato que podía hacer algo para aliviar su abandono y sus heridas.

Su mamá, Mirian Rincón, le patrocinaba esta misión, y una vez con el perro en la casa lo llevaba al veterinario hasta curarlo. Luego le buscaba padrino que velara por él por el resto de sus días.

Él dice que no podía pasar de largo por el lado de un perro callejero que necesitara ayuda. Este vínculo con los animales se hizo más fuerte con el tiempo y ello lo llevó a tener hasta diez mascotas, las cuales repartió en varias casas de familiares.

Pero quizás lo que más ha impactado en este cucuteño animalista es el abandono, cada vez más creciente, de animales callejeros. La gente es inconsciente con esta problemática y poco le interesa lo que suceda con estas mascotas que deambulan por las calles sin ningún control de sus dueños ni de las autoridades.

Por eso, ahora anda en otra misión en compañía de su esposa Johana Duarte Vera, con quien comparte la pasión por los animales: culturizar y fomentar la tenencia responsable de las mascotas.  En esto nos falta mucho trecho por recorrer, dice Osuna.

En Cúcuta, mucha gente ve un perro muriéndose de sed y no se inmuta por llevarle agua ni mucho menos, si está enfermo, conducirlo hasta un veterinario, dice este animalista. Por ello desde hace un año que emprendió con su compañera y el apoyo de la Policía y Cenabastos el proyecto Comedog, también empezó a jalonar una campaña en colegios y establecimientos comerciales del área metropolitana dirigida a la tenencia responsable de las mascotas. Esto lo hace en solitario con su compañera, sin la ayuda de fundaciones.

Osuna considera que es el momento que se haga algo contundente por los animales callejeros. La alcaldía —dice— está haciendo cosas buenas, pero es necesario que se intensifiquen las acciones y el apoyo, de lo contrario la problemática seguirá creciendo y agudizándose. Una solución es esterilizar las mascotas de la calle, acota  Osuna.

El proyecto comedog que lidera Osuna en Cenabastos hace parte de la solución, pero igual para esta misión que les brinda alimento y agua a las mascotas callejeras se necesita apoyo y recursos que ahora no se tienen, porque todos los días nacen más perros y gatos en las calles que deben ser atendidos.

Su propósito —señala— no solo es aliviar las heridas de las mascotas, también es buscarles hogar, padrinos que velen por su alimento, y protección.

Este año Osuna cumplirá 28 años y ya entre sus metas inmediatas está  el de solucionar la problemática de los animales callejeros, por ello indaga todos los días con animalistas de otras ciudades cómo lo están haciendo para traer esas experiencias a Cúcuta. Mi reto es conseguir un hogar digno para estas mascotas y que se acabe el maltrato.

La Opinión