“Si un alto funcionario del Estado pudo moverse por las calles de San Calixto, entre gente buena, es porque no es peligroso”, dijo el Defensor Nacional del Pueblo, Alfonso Cajiao, durante su visita a San Calixto, en compañía de defensores y funcionarios de la entidad, en Norte de Santander, pero sin fuerzas militares ni policías.

El Defensor manifestó que, si bien se les dice que la zona es complicada, “venir, es poder ver la bondad de la gente”.

Agregó que percibió sinceridad en las palabras de quienes expresaron su inconformismo por el abandono del Estado y la negligencia para cumplir con los derechos fundamentales de salud, educación y mejoramiento vial.

“Son las mismas necesidades, lugares comunes, de otras poblaciones del país”, comentó.

Durante el encuentro, que se efectuó en la parroquia del casco urbano, también se le pidió ayuda al funcionario para evitar que la comunidad siga viviendo en riesgo cuando hay enfrentamientos.

“El puesto de Policía está en el centro del pueblo, a pocos metros del colegio, la alcaldía y la casa de cultura”, comentaron.

Al final, Cajiao explicó que su visita es el inicio de un trabajo permanente de comunicación para hablar con ministros, militares y transmitir las peticiones.

La Opinión